McLaren roza lo grotesco

Avanza el Mundial de Fórmula 1 y no progresa la histórica escudería McLaren, socio del gigante del motor Honda. Son ya once hojas del calendario y el asunto empieza rozar lo grotesco. Lejos de avanzar, la escudería de Fernando Alonso se estanca y quiebra cuando los circuitos, como el de Spa, exigen poderío, caballos y velocidad. Empieza a sufrir Alonso, que se ha comido las uñas durante este fin de semana desde que el viernes comprobó que las evoluciones prometidas y anunciadas no llegan.

Al margen de las sanciones y de los cambios de motor que llevarán a Alonso y Button a las últimas posiciones de la parrilla para el domingo, sigue muy lento el McLaren. En Spa, trazado exigente, de acelerador a fondo, los dos Mclaren rodaron muy lejos de cualquier adversario.

A dos segundos de los intocables Mercedes, pero a nueve décimas del Sauber del brasileño Felipe Nasr.

La clasificación del GP de Bélgica demostró que el quinto puesto de Hungría fue una excepción a la norma. En circuitos lentos, de mucha curva y poca recta, el McLaren se puede defender sin velocidad. Pero cuando llegan los tramos rápidos, poco puede hacer un coche que sigue en pañales.

Alonso fue decimoctavo y Button, decimoséptimo, en el sábado de Spa. Uno de los peores resultados del año en un curso especialmente aciago.

Hamilton vive en el polo opuesto. Domina la Fórmula 1 con un coche sobresaliente. En las Árdenas consiguió la décima pole de la temporada, la sexta consecutiva, en una secuencia magnífica que lo eleva por encima de su compañero Nico Rosberg, siempre con un pero frente al inglés. Con 24 dobletes en la parrilla de salida, la pareja de Mercedes ya es la mejor de la historia.

Carlos Sainz se olvida del mundo con los ojos cerrados dentro del coche en el garaje. Así se concentra para lograr lo que logró: una gran vuelta en la Q2 para pasar a la ronda de los diez mejores. Saldrá décimo si las penalizaciones y demás no dicen lo contrario.