Estilo e iconografía de un Belén napolitano para la Sentencia

Cada Belén tiene un sello de identidad y una impronta que, pese a enmarcase en un estilo, la determinan quienes asumen su diseño y montaje. Éste es el caso del Nacimiento que este año expone la hermandad de la Sentencia en la ermita de la Alegría, un trabajo inaugurado en la tarde de ayer y que han realizado el decorador cordobés Valeriano García Domenech y el anticuario José Luis Rey.

Se trata de una maqueta navideña bastante especial que componen figuras navideñas napolitanas y un estilo de esta misma zona de Italia que recoge a la perfección todas las particularidades de este tipo de belenes.

El Belén de la Sentencia lo conforman alrededor de un centenar de figuras napolitanas sobre una superficie de entre 8 y 10 metros cuadrados.

En él, sus artífices reproducen la escenografía de esta variedad. Así, el lugar del nacimiento es una ruina arquitectónica romana. La Cabalgata, aparte de los Reyes Magos, la componen sus pajes, una banda de música y una numerosa y lujosísima corte oriental.

La ciudad, por su parte, representa el mundo pagano, con escenas de alegría, vino y juegas y diversos profesionales de oficios como el frutero, el carnicero y el pescadero. Entre los pastores, es destacable el «Sueño de Benigno», que aparece durmiendo y abrazado a una oveja.

Para entender la magia y la elegancia que envuelven al Nacimiento de la Sentencia no hay que pasar por alto que sus creadores llevan ocho en contacto con este tipo de belenes desde 2007, el año en el que recibieron el encargo de la restauración del Belén de la Casa Ducal de Medinaceli. Desde entonces, García Domenech y Rey han viajado cada año a Napolés para conocer más a fondo este singular estilo y traerse las imágenes que componen la maqueta de la Sentencia.

Los propietarios de las imágenes no sólo son el decorador y el anticuario, sino también Manuel Portillo, Ángel Aroca y Federico Aroca, sin duda, uno enamorados de este tipo de belenes. En este trabajo también ha intervenido «de forma desinteresada» Miguel Pastor, de Línea Iluminación.