El dibujo muestra las distintas fases del experimento
El dibujo muestra las distintas fases del experimento - T. BUGNYAR

TEORÍA DE LA MENTEEl secreto de la mente de los cuervos

Estas inteligentes aves pueden teorizar sobre lo que piensan sus congéneres, incluso si no los pueden ver, una condición que se creía exclusiva del hombre

MADRID Actualizado: Guardar
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Un cuervo esconde su comida
Un cuervo esconde su comida

A la pregunta de qué es lo que nos hace humanos se puede contestar con un listado de respuestas más o menos variadas, pero una de ellas hace referencia a nuestra capacidad para atribuir pensamientos e intenciones a otras personas. Sin embargo, una nueva investigación sugiere que quizás no seamos los únicos seres sobre el planeta que tienen una Teoría de la mente, sino que criaturas a todas luces muy distintas también pueden haber desarrollado esa sofisticada habilidad para hacer conjeturas sobre lo que hay en la cabeza de los demás. Científicos de la Universidad de Houston y la de Viena lo han comprobado en un curioso experimento con cuervos.

Los cuervos, un símbolo de inteligencia y sabiduría

para muchas culturas, suelen gozar de la predilección de los investigadores, ya que, a pesar de su obvia divergencia evolutiva de los seres humanos, su vida social pasa por varias fases distintas, similares a las de las personas, con parejas estables y una vida social rica y muy flexible, donde el que es amigo puede convertirse en enemigo, y al revés. Los autores del estudio, que aparece descrito en la revista Nature Communications, creen que estas condiciones han podido contribuir a desarrollar la exquisita capacidad cognitiva de los cuervos.

En el experimento, dos habitaciones se conectaron por mirillas que podían estar abiertas o cerradas. Los cuervos fueron entrenados para observar a través de las mirillas cómo un investigador guardaba comida en la habitación de al lado. Después de eso, si la mirilla estaba abierta los cuervos escondían sus alimentos para que no fueran descubiertos, en respuesta a los sonidos de otros cuervos, emitidos por un altavoz en el cuarto de al lado, aunque no vieran a otra ave. Pero no se mostraron preocupados cuando la mirilla se cerró, a pesar de las señales auditivas. Es decir, generalizando a partir de su propia experiencia, pensaron que otros podrían querer robar su comida si les sorprendían a través de la mirilla.

Pensar en abstracto

La mayor parte de la investigación de la Teoría de la Mente que involucra animales se ha hecho con chimpancés y otras especies estrechamente vinculadas a los seres humanos. Esos estudios han sugerido que los animales son capaces de entender lo que otros ven -lo que les da una ventaja en la competencia por los alimentos, por ejemplo-, pero se basan en la capacidad de los sujetos de prueba de ver las señales en la mirada del otro. Los escépticos argumentan que los animales podrían estar respondiendo solamente a estas señales superficiales, sin ninguna comprensión real de lo que los otros ven.

Los investigadores evitaron este problema en su experimento utilizando sólo mirillas abiertas y sonidos para indicar la presencia de un posible competidor, sin que los cuervos fueran capaces de ver a otro físicamente.

El equipo cree que los cuervos comparten al menos algo de la capacidad humana de pensar en abstracto sobre otras mentes, adaptando su comportamiento mediante la asignación de sus propias percepciones a los demás.

Para Cameron Buckner, profesor de Filosofía en Houston, el estudio «podría cambiar nuestra percepción de la singularidad humana, ya que compartimos algunas habilidades no solo con los chimpancés y las especies estrechamente relacionadas, sino también con especies muy diferentes». Profundizar en este conocimiento nos ayudará a averiguar lo que nos hace realmente únicos como seres humanos.

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