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La bailarina Adrianne Haslet-Davis danza con su pierna biónica - TED

Una pierna biónica para la bailarina del atentado de Boston

Hugh Herr, nuevo premio Princesa de Asturias, consiguió que la joven pudiera volver al escenario tras perder su extremidad izquierda en el ataque terrorista

MADRID Actualizado: Guardar
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Solo hay que ver sus movimientos sobre el escenario y, sobre todo, su sonrisa y su ojos llenos de lágrimas de emoción, para saber que se puede volver a hacer lo que uno más ama aunque le arranquen la parte del cuerpo que parece indispensable para ello. Esta historia de superación la protagoniza Adrianne Haslet-Davis, una bailarina que perdió su pierna izquierda en el atentado del maratón de Boston. Pero los terroristas no pudieron con su fuerza y ganas de vivir, que, unidas al maravilloso trabajo de Hugh Herr, director del Grupo de Medicina Biomédica del MIT y flamante nuevo premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, han permitido que la joven vuelva a ponerse las zapatillas de ballet.

En una conferencia TED impartida por Herr en 2014 en Vancouver -se trata de prestigiosas charlas dadas por personalidades de diferentes áreas científicas y sociales para presentar sus proyectos e ideas-, Haslet-Davis salió al escenario con una pierna biónica desarrollada por el científico y bordó una rumba con su pareja de baile, Christian Lightner.

Herr conoció a Haslet-Davis en un hospital de rehabilitación en Boston y, después de escuchar su historia, decidió construir una extremidad biónica para ella. Durante 200 días, los científicos del laboratorio investigaron la dinámica de la danza para hacerle la extremidad más perfecta. Observaron cómo se mueven los bailarines, qué fuerzas aplican, y aplicaron todo ese conocimiento a la extremidad biónica. «En 3,5 segundos, los criminales echaron a Adrianne de la pista de baile», dijo Herr. «En 200 días, tuvo una pierna nueva». Fabricó esta articulación de titanio, aluminio, carbono y silicona con un mecanismo que ofrece resistencia al entrar en contacto con el suelo y propulsa a la bailarina cuando la prótesis hace el gesto de levantarse. Como explicó, «la biónica no es solo hacer que la gente sea más fuerte y más rápida. Nuestra expresión, nuestra humanidad, se puede embeber en electromecánica»..

«Hoy en día, es posible contar historias humanas de integración biónica. De cómo la electromecánica adherida al cuerpo e implantada dentro del mismo comienza a cerrar la brecha entre la discapacidad y la capacidad, entre la limitación y el potencial humano», expresó el científico antes de que la joven saliera al escenario.

Es más, Haslet-Davis no solo baila, sino que va a corrió el último maratón de Boston para ayudar a recaudar fondos para una organización que proporciona prótesis a personas amputadas.

El propio Herr tiene sus piernas amputadas después de sufrir un accidente de montaña en 1982. Entonces pensó que su vida se había roto para siempre, pero se inició en el campo de la prótesis biónicas. No solo mejoró su vida, sino también la de muchos otros. Y sigue trabajando sin descanso para perfeccionar su trabajo. El premio Princesa de Asturias es un reconocimiento por todo ello.

Más información: Premio Princesa de Asturias al investigador que perdió sus dos piernas y emprendió la revolución biónica

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