El misterioso gas en la nubes de Venus: prueba de supervolcanes, no de vida

Una investigación explica la presencia de fosfina por la actividad de volcanes tan activos como el Krakatoa

El Krakatoa, el volcán de Indonesia que llegó a afectar a la península ibérica

Maat Mons, un gran volcán en Venus, en una imagen de radar de color simulado de la nave Magellan de la NASA en 1991 NASA/JPL

ABC Ciencia

El hallazgo de fosfina, un gas que normalmente se genera durante la descomposición de materia orgánica, en las nubes de Venus desató un gran revuelo el pasado otoño. A la emoción inicial de encontrarnos ante una posible evidencia de vida en el cálido y tóxico planeta siguieron numerosos estudios que ponían en entredicho el origen biológico de la fosfina e incluso su presencia misma, todavía no confirmada. Este lunes, un nuevo trabajo de la Universidad de Cornell publicado en la revista PNAS ofrece una nueva explicación a la sustancia. Los investigadores afirman que esta podría ser la 'firma' de la existencia de volcanes explosivos comparables al indonesio Krakatoa en la Tierra.

«La fosfina no nos dice nada sobre la biología de Venus», afirma Jonathan Lunine, profesor de ciencias físicas y presidente del departamento de astronomía de Cornell. «Nos habla de la geología. La ciencia apunta a un planeta que tiene vulcanismo explosivo activo hoy o (lo tuvo) en un pasado muy reciente».

Tras examinar las observaciones del Telescopio James Clerk Maxwell de longitud de onda submilimétrica en la cima de Mauna Kea en Hawái, y el ALMA en el norte de Chile, Lunine y Ngoc Truong, un candidato a doctorado en geología, llegaron a la conclusión de que el vulcanismo es el medio para que la fosfina ingrese a la atmósfera superior de Venus.

Si Venus tiene fosfuro, una forma de fósforo presente en el manto profundo del planeta, y si se lleva a la superficie de una manera volcánica explosiva y luego se inyecta en la atmósfera, esos fosfuros reaccionan con el ácido sulfúrico de la atmósfera de Venus para formar fosfina. El modelo «sugiere que se está produciendo un vulcanismo explosivo», mientras que «las imágenes de radar de la nave espacial Magellan en la década de 1990 muestran que algunas características geológicas podrían respaldar esto».

En 1978, en la misión orbital Pioneer Venus de la NASA, los científicos descubrieron variaciones de dióxido de azufre en la atmósfera superior de Venus, insinuando la posibilidad de un vulcanismo explosivo, similar a la escala de la erupción volcánica del Krakatoa en Indonesia, cuya explosión en 1883 generó un gigantesco tsunami y lluvia de cenizas que acabó con la vida de unas 36.000 personas.

Pero, dijo Truong, «confirmar el vulcanismo explosivo en Venus a través del gas fosfina fue totalmente inesperado». Los autores señalan que se necesitan más observaciones de Venus para determinar si la fosfina está realmente presente en la atmósfera. Si se confirma la fosfina, el modelo sugiere que Venus está experimentando una época modestamente elevada de vulcanismo activo, incluyendo picos episódicos de dióxido de azufre en las cimas de las nubes de Venus.

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