Buzz Aldrin posa sobre la superficie de la Luna durante la misión Apolo 11
Buzz Aldrin posa sobre la superficie de la Luna durante la misión Apolo 11 - NASA

La «maldición» que persigue a los astronautas que llegaron a la Luna

Los exploradores del programa Apolo estuvieron expuestos a la radiación proveniente del espacio profundo y, según un estudio, esto aumentó su mortalidad a causa de problemas cardiovasculares

MADRID Actualizado: Guardar
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Las palabras de Neil Amstrong quedaron inmortalizadas a través de la transmisión vibrante de las televisiones en blanco y negro: «That's one small step for a man. One giant leap for mankind». La misión Apolo 11 conseguía, el 16 de julio de 1969, poner la bandera de los Estados Unidos de América en el Mar de la Tranquilidad, en la muerta superficie de la Luna, para asombro del mundo y espanto de la Unión Soviética.

En los años siguientes, otras cinco misiones del programa Apolo llevarían a astronautas al satélite para estudiar el suelo, la seísmica, los campos magnéticos o el viento solar. En total, junto a Neil Amstrong, otros 23 astronautas viajaron a las profundidades del espacio durante el programa Apolo.

Pero, tal como ha concluido un estudio publicado este jueves en «Scientific Reports», todos ellos pagaron un precio. Estos pioneros exploradores estuvieron entre los primeros humanos que quedaron expuestos a elevadas y continuadas dosis de radiación espacial. Y eso después se tradujo en una «maldición» que adquirió la forma de diversos problemas cardiovasculares.

«Sabemos muy poco sobre los efectos de la radiación espacial sobre la salud, y en concreto sobre el sistema cardiovascular», ha dicho en un comunicado Michael Delp, investigador de la Univesidad Estatal de Florida y autor del estudio. «Esto nos permite vislumbrar por primera vez cuáles son estos efectos adversos».

Walter Cunningham, del Apolo 7
Walter Cunningham, del Apolo 7 - NASA

Este estudio se incorpora a las propias investigaciones hechas por la NASA a raíz del programa Apolo, en las cuales ya se constató una pérdida de masa ósea y muscular en aquellos astronautas.

Actualmente, la NASA sabe mucho más acerca de los efectos de la vida en el espacio, gracias a una investigación continuada en la Estación Espacial Internacional. Aparte de los problemas ya mencionados, se ha descubierto que el sistema inmune y la flora intestinal se ven afectadas. Aparecen ciertos problemas de visión y puede haber mareos y cierta desorientación. Todo esto no solo aumentará lo que se sabe sobre la fisiología del organismo, sino que además será clave antes de enviar misiones humanas a las profundidades del Sistema Solar o más allá.

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