Muestras de sangre de pacientes infectados con malaria utilizados en el estudio CSIC
INVESTIGACIÓN

La malaria llegó a España procedente de la India hace 2.500 años

Investigadores españoles recuperan ADN de muestras de sangre de enfermos que contrajeron paludismo en el Delta del Ebro en los años 40

MADRID Actualizado: Guardar
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Hoy la malaria solo nos preocupa cuando emprendemos un viaje exótico, pero a principios del siglo pasado era una infección común en el Delta del Ebro. La construcción de los canales y la implantación de cultivos de arroz favorecieron la presencia del mosquito «Anopheles», el responsable de propagar la enfermedad con su picadura. La humedad, el agua estancada y las condiciones precarias en las que vivía la población de la zona, convirtieron el Delta en el caldo de cultivo perfecto para que la malaria se convirtiera en un problema de salud de primer orden.

En aquella época se construyeron dispensarios antipalúdicos para atender a los afectados y también para estudiar una extraña enfermedad que afectaba a cualquier edad, aunque hacía auténticos estragos entre los más pequeños.

Uno de los médicos que más se ocupó de aquel problema fue Ildefonso Canicio, director de uno de esos centros antipalúdicos que se construyeron por la zona del Delta, el de la localidad tarraconense de Sant Jaume d'Enveja.

Canicio hizo de la lucha contra la malaria su forma de vida hasta el final. Durante décadas trabajó con los pacientes infectados que trabajan en los campos de arroz. Pagó el precio más alto por su investigación. Él también enfermó y acabó muriendo de malaria en 1961, cuando ya se había logrado erradicar la infección.

Una nueva vida

Sus investigaciones tienen ahora una nueva vida. Aquellas muestras de sangre de enfermos que guardó y protegieron sus descendientes han servido ahora a un grupo de científicos para descubrir cómo era aquella malaria europea erradicada en los años 50. El trabajo, liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, se publica en la revista «Proceedings».

Las muestras de sangre de 1944 se han analizado con nuevas técnicas genómicas que han permitido generar millones de secuencias de los parásitos causantes de la malaria y reconstruir su genoma mitocondrial. Así se ha podido determinar la ruta de la malaria de los dos principales parásitos que causaron estragos en España, el «Plasmodium vivax» y el «Plasmodium falciparum».

De España a América

Los resultados muestran cómo la secuencia europea de «Plasmodium vivax» está estrechamente relacionada con la cepa más común que se encuentra hoy en Centroamérica y Sudamérica. Esto sugiere que el patógeno fue introducido en el continente americano por colonizadores europeos después de la llega de Cristobal Colón. Sin embargo, la secuencia europea de «P. falciparum» pertenece a una cepa descrita solo en la India, «lo que indicaría que el patógeno de la forma más severa de malaria fue introducido en nuestro contienente procedente de la India hace 2.500 años», explica Carles Lalueza, autor principal del estudio e investigador del Instituto de Biología Evolutiva del CSIC .

Estos análisis no solo permitirán reconstruir la historia de este parásito y su propagación. También ayudarán a mejorar los tratamientos actuales. Según Lalueza, el análisis del genoma nuclear de estos patógenos «permitirá conocer las mutaciones que han hecho resistentes las cepas actuales a diversos fármacos ya que el Plasmodium europeo recuperado es anterior a todos estos tratamientos».

En la investigación española también ha colaborado el Centre for GeoGenetics de Dinamarca.

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