El hallazgo de un diente evidencia que los denisovanos llegaron al sudeste asiático

El molar de hace más de 130.000 años se atribuye a una niña de esta misteriosa especie humana emparentada con los neandertales

El molar hallado en la cordillera Annamita de Laos Cortesía de los autores

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Los denisovanos son una especie humana emparentada con los neandertales de la que se sabe muy poco. Principalmente porque de ellos solo se han encontrado unos escasos restos: una falange de dedo meñique y tres dientes descubiertos en una cueva de las montañas de Altái, en Siberia, hace una década, y una mandíbula inferior en Xiahe, China, en 2019. Hasta ahora, nada más.

Pero un grupo de investigadores ha anunciado en 'Nature Communications' el hallazgo de un nuevo fósil que puede pertenecer a uno de estos misteriosos homínidos extintos, que se cree ocuparon una buena parte de Asia central y oriental. Se trata de un molar de entre 164.000 y 131.000 años de antigüedad hallado en la cueva de piedra caliza de Tam Ngu Hao 2 (cueva Cobra), en la cordillera Annamita de Laos. El diente pertenecía a una niña pequeña, de entre tres años y medio y ocho años y medio de edad. Si están en lo cierto, se trataría de la primera evidencia fósil de esta especie arcaica en el sudeste asiático.

Los investigadores encontraron el molar humano junto a varios restos fosilizados de animales, como rinocerontes, tapires y ciervos sambar, durante un estudio del área alrededor de Tam Pà Ling, donde el mismo equipo había encontrado previamente restos humanos modernos de unos 70.000 años de antigüedad.

Para conocer la antigüedad del diente, los autores utilizaron una serie de métodos de datación del sedimento que rodeaba al fósil en la cueva. El diente no estaba desgastado y su desarrollo se completó recientemente, por lo que creen que perteneció a un individuo que murió en su infancia. Además, el análisis de proteínas junto con la morfología del molar indicaron que pertenecía a una fémina del género Homo. Al comparar la morfología interna y externa del molar con los de otros homínidos, incluidos los neandertales, los humanos recientes y Homo erectus , utilizando morfometría geométrica (estadísticas de formas tridimensionales), el equipo concluyó que lo más probable es que su dueña fuera una denisovana.

Si bien los autores no pueden excluir que el molar pertenezca a un neandertal, consideran que su similitud con el espécimen de denisovano de Xiahe respalda sus hallazgos. «Estamos seguros de que es denisovano. Para confirmar aún más nuestros resultados serían útiles análisis genéticos, pero el ADN tiende a fragmentarse más rápida e intensamente en ambientes tropicales. Por esta razón, hasta ahora no se ha secuenciado ningún ADN antiguo de ningún ser humano del Pleistoceno», asegura a este periódico Fabrice Demeter , de la Universidad de Copenhague en Dinamarca y coautor del estudio.

La cueva Tam Ngu Hao 2, en la cordillera Annamita, donde apareció el molar

Cruce con humanos modernos

Para Clemente Zanolli, de la Universidad de Burdeos, CNRS (Francia), este descubrimiento es particularmente importante ya que se trata de «la primera evidencia directa de la presencia de denisovanos en el sudeste asiático». Los análisis genéticos de humanos modernos habían revelado que las poblaciones del sudeste asiático, melanesia y australiana han conservado una parte no despreciable de la ascendencia denisovana en su genoma, lo que sugiere que los ancestros de estas poblaciones se cruzaron con los denisovanos, posiblemente en el sudeste asiático.

Los paleoantropólogos creen que durante esa época vivían en el sudeste asiático al menos cinco grupos humanos, incluidos Homo erectus, Homo floresiensis, Homo luzonensis , los humanos modernos y los denisovanos. «El molar que encontramos en Laos confirma que los denisovanos estaban presentes en esta región y podrían haberse encontrado con humanos modernos del Pleistoceno tardío», dice Zanolli en un correo electrónico.

Además, el hallazgo muestra que los denisovanos, que anteriormente solo se conocían en latitudes más altas (en las frías montañas de Altai y el Tíbet), fueron capaces de adaptarse a una amplia gama de climas y entornos y también vivieron en los bosques tropicales. «Este grupo tenía una gran flexibilidad de adaptación de regiones frías a cálidas, lo cual es una particularidad de los humanos modernos», indica Demeter.

Los autores sospechan que otros fósiles conocidos, como la mandíbula de Penghu de Taiwán, también podrían ser atribuidos a denisovanos. «Nuestro estudio muestra que los denisovanos se pueden encontrar en lugares inesperados, por lo que también se debe prestar atención a las regiones poco o nada exploradas, como el sudeste asiático continental», señalan.

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