Los dos extremos del fémur de un homínido muestran marcas de dientes de carnívoros
Los dos extremos del fémur de un homínido muestran marcas de dientes de carnívoros - MPI f. Evolutionary Anthropology

Fuimos cena para las hienas hace 500.000 años

Hallan en una cueva de Marruecos el fémur de un antiguo homínido mordisqueado por grandes carnívoros

MADRID Actualizado: Guardar
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No debió de ser una vida fácil y probablemente aprendimos muy pronto lo que significa el estrés de verdad: que un animal te persiga para darte caza. Hace 500.000 años, los primeros humanos ya fueron el plato principal de grandes carnívoros, muy probablemente hienas.

Durante el Pleistoceno medio, los primeros humanos competían por el espacio y los recursos con los grandes carnívoros, que ocupaban muchas de las mismas áreas. Sin embargo, hasta la fecha, se han encontrado pocas evidencias de que esos peligrosos compañeros de escena nos hubieran convertido en su cena.

Un equipo internacional de investigadores ha analizado un fémur perteneciente a un homínido de hace 500.000 años encontrado en una cueva cerca cerca de Casablanca, en Marruecos, y descubrieron marcas de dientes que fueron dejadas por estos animales.

El examen del fragmento del hueso reveló varios tipos de fractura indicativos de marcas de dientes de carnívoros, incluyendo fosas del diente, así como otras puntuaciones y muescas. Estos se agrupaban en los dos extremos del fémur. Las marcas estaban cubiertas con sedimento, sugiriendo que eran muy antiguas, y al menos algunas de ellas parecían haber sido realizado poco después de la muerte. Sin embargo, no fue posible concluir si el hueso había sido comido como resultado de la depredación del homínido o había sido recogido por el animal como carroña poco después de la muerte.

No obstante, los investigadores sugieren que esta es la primera evidencia del consumo de restos humanos por carnívoros de esta cueva del norte de África, y contrasta con las evidencias de sitios cercanos que muestran que los propios humanos cazaban y comían carnívoros. «A pesar de que los encuentros y enfrentamientos entre los humanos arcaicos y los grandes depredadores de este período de tiempo en el norte de África deben de haber sido comunes, el descubrimiento del fémur es uno de los pocos ejemplos en los que está probado el consumo de homínidos por parte de carnívoros», dice Camille Daujeard, del Museo Nacional de Historia Natural en Francia.

Los investigadores sugieren que, dependiendo de las circunstancias, los homínidos en este momento podían actuar tanto como cazador o como carroñero, e igualmente se convertían en carroña o presa. «Las canteras de la región de Casablanca son puntos calientes para la investigación sobre los homínidos del Pleistoceno en África, un tesoro de fósiles y artefactos. Revelan no sólo la vida de nuestros antepasados remotos, sino también sus peligros», apunta Jean-Jacques Hublin, director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva. Todo era cuestión de comer o ser comido.

La investigación: en PLOS ONE.

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