Esto les pasa a los ratones tras 13 días en el espacio

Una investigación describe los daños en unos roedores que volaron a bordo del transbordador espacial Atlantis

MADRID Actualizado: Guardar
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Conocer el impacto que en la salud humana puede provocar estar mucho tiempo sin gravedad resulta fundamental para preparar los futuros vuelos espaciales de larga duración previstos para explorar el Sistema Solar, como un posible viaje a Marte. Durante años, los científicos han estudiado el impacto de los vuelos espaciales en la fisiología humana, pero la mayor parte de la investigación se ha centrado en los huesos, músculos, cerebro y función cardiovascular. Sin embargo, algunos estudios sugieren que los astronautas que han pasado tiempo en el espacio desarrollaron síntomas similares a la diabetes, aunque el problema se resolvía rápidamente, lo que ha llevado a los investigadores a fijarse en los sufrimientos del hígado cuando se le saca de viaje tan lejos de la Tierra.

Una nueva investigación con ratones publicada en PLOS ONE puede arrojar algo de luz sobre el asunto. Investigadores del Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado (EE.UU.) han examinado un grupo de ratones que volaron a bordo del transbordador espacial Atlantis y regresaron a la Tierra bastante más afectados de lo que fueron: con los primeros signos de enfermedad hepática.

Los ratones estudiados pasaron 13,5 días a bordo del transbordador espacial en órbita alrededor de la Tierra en su vuelo final en 2011. Cuando regresaron, los investigadores recogieron muestras de sus hígados. De esta forma, descubrieron que los vuelos espaciales parecían activar las células del hígado especializadas que pueden llegar a inducir la cicatrización y causar daños a largo plazo al órgano.

«Vimos el principio de daño hepático en tan sólo 13,5 días. Los ratones también perdieron masa muscular magra. Hemos visto este mismo fenómeno en los seres humanos en reposo en cama: Los músculos se atrofian y las proteínas se descomponen en aminoácidos. La pregunta es, ¿cómo afecta esto a su hígado?», dice Karen Jonscher, responsable del estudio.

Indicio de fibrosis

El equipo de Jonscher encontró que los vuelos espaciales produjeron un aumento de la acumulación de grasa en el hígado de los ratones astronautas, en comparación con los roedores criados en la Tierra. A esto le acompañó una pérdida de retinol, una forma animal de la vitamina A, y los cambios en los niveles de los genes responsables de la descomposición de las grasas. Como resultado, los ratones mostraron signos de la enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA) y potenciales indicadores tempranos de los inicios de la fibrosis.

«Por lo general, tarda mucho tiempo, meses o años, inducir fibrosis en los ratones, incluso si comen una dieta poco saludable», dice Jonscher. «Si un ratón muestra signos incipientes de fibrosis sin un cambio en la dieta después de 13 días y medio, ¿qué le pasará a los seres humanos?».

Los investigadores advierten de que hay que tener en cuenta estos resultados para planificar misiones espaciales lejanas, como la de Marte, lo que llevaría al menos un año. Y proponen nuevos estudios más amplios con ratones en la Estación Espacial Internacional (ISS) para comprobar cómo se producen esos daños y si hay mecanismos compensatorios que podrían proteger al organismo.

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