Diez especies perdidas que los científicos buscan por todo el mundo

Una organización ha lanzado una campaña para localizar 25 criaturas que no han sido vistas en estado salvaje desde hace décadas. Estas son algunas de las más fascinantes. Entre ellas, un canguro, una tortuga gigante o el ciervo ratón de Vietnam

MADRID Actualizado: Guardar
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  1. Canguro arborícola de Wondiwoi

    La organización Global Wildlife Conservation ha lanzado una campaña para localizar 25 especies perdidas que no han sido vistas en estado salvaje desde hace décadas. Los llaman los 25 «más buscados». El grupo incluye diez mamíferos, tres pájaros, tres reptiles, dos anfibios, tres peces, un insecto, un crustráceo, un coral e incluso una planta, que se distribuyen por 18 países. Entre ellos, algunos tan exóticos y fascinantes como una tortuga gigante de las Galápagos, un caballito de mar de apenas 5 cm, un mono rojo de Costa de Marfil o el ciervo ratón de Vietnam.

    Los científicos enviarán expediciones por todo el mundo, incluidas algunas zonas remotas y poco exploradas. El trabajo es inmenso, ya que algunos de estos seres solo hay un único registro, nunca han sido estudiados en la naturaleza o ni siquiera se conoce si ya están extintos. El redescubrimiento de algunas de estas especies, dicen, tendría un importantísimo valor científico y cultural.

    Una de estas criaturas misteriosas es el canguro arborícola de Wondiwoi. La última vez que alguien lo vio fue en 1928 en Indonesia. Desde entonces, nada se sabe de esta especie de mamífero, que habita en bosques de montaña cubiertos de musgo. Según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), puede que este animal esté ya extinto o que si milagrosamente sobrevive, apenas queden unos cincuenta ejemplares. Su hábitat es muy reducido y su mayor amenaza es la caza. El número de ejemplares población de esta especie es desconocida.

  2. Pato de cabeza rosada

    El pato de cabeza rosada es otro de los animales más buscados. Habitaba principalmente los alrededores de los ríos Ganges y Brahmaputra, en la India, en pequeños estanques de vegetación densa. Su llamativa cabeza de color rosa brillante fue vista por última vez en Myanmar en 1949. El principal problema de estas aves acuáticas ha sido precisamente su belleza. Los cazadores los perseguían por deporte, solo por conseguir un trofeo tan raro. En realidad, su carne se consideraba inferior y, por lo general, las piezas abatidas no se consumían. El uso de las tierras que ocupaban para la agricultura también ayudó a su desparición, según explican en la web del Museo de Zoología de la Universidad de Michigan (EE.UU.).

  3. Tortuga Fernandina de las Galápagos

    Solo se conoce un ejemplar de esta tortuga gigante, un macho que fue visto por primera y última vez en 1906 en la isla menos explorada de las Galápagos que le da nombre, la de Fernandina. En 1964 se encontraron excrementos que fueron adjudicados a esta especie, pero ni más ejemplares ni otros restos se han descubierto en la isla. Si la C. phantastica (ese era su nombre científico, que hace alusión a la fantasía) vivió de verdad y no era otra especie mal clasificada, es posible que no se extinguiera por la introducción de otros animales, sino por medios naturales.

  4. Caballito de mar «cuello de toro»

    Este caballito de mar pigmeo (Hippocampus Minotaur) no supera los 5 cm de longitud. Sólo se han estudiado cuatro ejemplares recogidos en la costa de Eden, Australia, y preservados en el Museo Victoria. Con esa excepción, nunca se han visto en la naturaleza. Si todavía siguen vivos, los Bullneck (Cuello de toro) podrían ocupar los lechos de arena del fondo de los océanos, a cien metros bajo el agua, agarrándose a los corales de los arrecifes con su cola prensil. No existe información disponible en la actualidad sobre su densidad, distribución, ecología, comportamiento, etc. Según la UICN, se necesitan más datos para determinar con precisión el estado de conservación de esta especie.

  5. Conejo de Omiltemi

    El conejo de Omiltemi o Omilteme (Sylvilagus insonus) es una especie muy rara, que algunos científicos consideran extinguida y la UICN califica en peligro crítico. Una piel fue conseguida por cazadores locales en 1998. Se conocen menos de diez especímenes y su hábitat, bosques de pinos, es muy fragmentado con una extensión de menos de 500 km cuadrados. La deforestación es su mayor amenaza.

  6. Ciervo ratón de Vietnam

    Es difícil saber si el ciervo ratón de Vietnam sigue vivo. Esta especie ha sido poco y mal estudiada. Aunque solo hay un registro desde 1907, en 199o cazadores locales obtuvieron un espécimen a unos 500 metros de altitud, cerca del río Trlos. Los investigadores creen que es probable que una pequeña población sobreviva, seguramente cada vez menor debido a la presión de la caza.

  7. Ardilla voladora de Namdapha

    Esta ardilla voladora y arbórea de la India fue vista en Deban, en India, en abril de 1981. Solo se conoce un único especimen y se la considera en peligro crítico de extinción. La especie no está protegida por ninguna legislación. Sus mayores amenazas: la caza y la destrucción de su hábitat.

  8. El colobo rojo de Miss Waldron

    El colobo rojo de Miss Waldron, llamado así por una colega del científico que lo descubrió en 1933 en África occidental, no ha sido avistado oficialmente desde 1978. En el año 2000 se le consideró extinto, pero nuevas evidencias apuntan a que algunos ejemplares pueden subsitir en Costa de Marfil. La Lista Roja de la UICN lo considera en peligro crítico.

  9. Periquito de Sinú

    No ha habido registros confirmados de este periquito de Colombia desde 1949 a pesar de las extensas búsquedas de los científicos. Según la organización BirdLife International, es probable que la población sea extremadamente pequeña. La especie está considerada en peligro crítico y es posible que esté extinguida.

  10. Tiburón de Pondicherry

    El tiburón de Pondicherry, Carcharhinus hemiodon, fue visto por última vez en el mar en el año 1979, en la India. En los museos de todo el mundo apenas existen 20 ejemplares muertos y la mayoría de los aspectos sobre su biología son desconocidos. Sin embargo, en 2016 se deesubrió su presencia en los ríos Menik y Kumukkam, en Sri Lanka, y se tomaron dos fotografías.

    Es una especie extremadamente rara, que apenas alcanza el metro de longitud. Se cree que se alimenta de peces óseos, calamares y crustáceos. Actualmente está en la categoría de «peligro crítico» de la Unión para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y encontrarlo es de alta prioridad.

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