Oveja Dolly, disecada y expuesta en el Museo Nacional de Escocia. Nació en 1996 y se convirtió en uno de los clones más famosos
Oveja Dolly, disecada y expuesta en el Museo Nacional de Escocia. Nació en 1996 y se convirtió en uno de los clones más famosos - Toni Barros

Los clones de Dolly están sanos y no envejecen más rápido

Una investigación publicada hoy ha concluido que la clonación no afecta a la salud de los animales

Sus autores defienden la utilidad de esta técnica para obtener ganado transgénico más productivo y resistente a enfermedades

MADRID Actualizado: Guardar
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Hace poco más de 20 años una oveja mantenía en vilo a la humanidad. Acababa de nacer, y ya se había convertido en el clon más famoso de la historia: la oveja Dolly. Pero si su nacimiento fue impactante, también lo fue su muerte, prematura y asociada a la artritis y a una enfermedad pulmonar. Tanto es así, que aparecieron dudas acerca de la viabilidad de la clonación. La técnica parecía estar relacionada con problemas genéticos y a un envejecimiento prematuro.

Dos décadas después de aquello, una investigación encabezada por científicos de la Universidad de Nottingham ha analizado la salud de cuatro clones de Dolly nacidos entre 2005 y 2007, y de otros nueve clones obtenidos a partir de otras ovejas.

En un estudio publicado este martes en « Nature Communications», han concluido que su salud era perfectamente normal.

«Después de analizar su tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la insulina (en busca de la diabetes), de medir su presión sanguínea y de analizar sus músculos (en busca de enfermedades degenerativas o cardiovasculares), descubrimos que nuestros clones estaban sanos, teniendo en cuenta su edad», ha dicho Kevin Sinclair, el primer autor del estudio, y discípulo de uno de los pioneros que hizo posible a Dolly, Keith Campbell.

Aunque los autores no compararon a los clones con ovejas normales, ni tuvieron en cuenta marcadores genéticos asociados con envejecimiento, descubrieron que estaban sanas. Solo una de ellas padecía una artritis moderada.

Pero la clonación no es una técnica inocua. Tal como ha explicado Sinclair a ABC, está asociada a un aumento de la mortalidad de embriones durante el embarazo y durante el nacimiento, probablemente a causa de problemas genéticos.

Pero, según Sinclair, una vez superadas estas estapas, el clon tiene una vida normal. Por eso cree que sería interesante investigar más para clonar animales y producir ganado transgénico, más resistente a enfermedades o más productivo, o incluso para clonar a mascotas.

Clones para consumo humano

Sin embargo, actualmente el consumo de animales clonados no está permitido en la Unión Europea. «Esta prohibición es irracional», ha argumentado el investigador. Pero, «nuestra investigación y otras que se harán más adelante, ayudarán a los políticos a convencerse de que la carne es segura», ha explicado.

Al margen de las profundas implicaciones éticas y filosóficas que implica la clonación, la técnica por sí sola ya puede despertar un complejo debate. Para empezar, está asociada a problemas del desarrollo del feto cuyas causas aún no se conocen. Tal como ha explicado el propio Kevin Sinclair, «probablemente se deban a problemas epigenéticos y a anormalidades cromosómicas, pero en general resultan bastante serias».

Estos fallos se producen porque la técnica por la que se clonó a Dolly se basa en transferir un núcleo de una célula adulta del animal donante a un óvulo no fecundado y cuyo núcleo ha sido extraido. El problema es que todo el entorno en que ese núcleo funciona no es el mismo en ambas células. «Aunque los núcleos tienen el mismo ADN, las mitocondrias son distintas (son pequeños órganos de las células que producen energía y que tienen su propio ADN en el interior) y hay diferencias epigenéticas (estas implican que un mismo material genético puede ser interpretado de distintas formas y dar lugar a distintos efectos en las células y embriones)», ha dicho Sinclair.

Sin embargo, las ganancias son, en teoría, prometedoras. «Si conseguimos que la clonación sea más segura, podremos producir animales transgénicos para incrementar la productividad en el ganado, mejorar su salud, evitar el uso de antibióticos o minimizar la producción de gases de efecto invernadero». El tiempo dirá si Dolly, hoy disecada y expuesta en el Museo Nacional de Escocia, se convierte en una reliquia o en el primer representante de una larga generación de animales clonados.

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