Los astronautas Barry Wilmore (al fondo) and Terry Virts entran en el segmento estadounidense de la ISS llevando máscaras de protección
Los astronautas Barry Wilmore (al fondo) and Terry Virts entran en el segmento estadounidense de la ISS llevando máscaras de protección - NASA TV

Un fallo informático causó la falsa alarma en la estación espacial

Los astronautas han vuelto al sector estadounidense tras pasar un día aislados en el ruso ante el temor de una fuga tóxica de amoníaco

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Los astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS) han vuelto al sector de la NASA en el complejo orbital tras pasar el miércoles refugiados en la zona rusa, debido a una falsa alarma sobre una fuga tóxica de amoníaco.

Usando mascarillas como medida de precaución, los astronautas abrieron la escotilla entre la sección de Rusia y los Estados Unidos a las 20.05 GMT del miércoles (una hora más en la Península), cerca de once horas después de producirse la alarma. "No hay indicación de amoníaco", dijo el comentarista de la misión en la NASA Rob Navias. "La tripulación se quitó sus máscaras y están volviendo a sus tareas."

El comandante de la estación, el estadounidense Butch Wilmore, el ingeniero de vuelo de la NASA Terry Virts, y Samantha Cristoforetti, ingeniera de vuelo de la Agencia Espacial Europea (ESA), salieron del lado de Estados Unidos en torno a las 9.00 GMT y se unieron a sus tres colegas rusos en la zona rusa de la plataforma orbital.

Mike Suffredini, gerente del programa de la estación en Houston, dijo que la evacuación refleja las preocupaciones iniciales de que el amoníaco pudiera haber escapado de uno de los dos lazos de refrigeración utilizados para disipar el calor de las tuberías de agua. "Nunca hubo ningún riesgo para la tripulación", añadió.

Después de la alarma, los astronautas se colocaron las máscaras, se trasladaron a la parte rusa y cerraron las escotillas entre los módulos. Más tarde regresaron al laboratorio de Estados Unidos, pero fueron evacuados por segunda vez después de que la presión de aire ascendente indicase que la amenaza todavía podría estar presente.

Análisis posteriores mostraron un fallo informático que provocó varias lecturas falsas, engañando al software de la estación en activar la alarma, dijo el administrador asociado de la NASA, Bill Gerstenmaier.