parece mentira

Junqueras en Sevilla

El programa fue sorprendente en muchos sentidos: lo que más me llamo la atención fue que al llegar a la casa de las afueras de Sevilla Junqueras se pasó todo el rato diciendo: yo tengo las mismas sábanas, yo tengo un huerto parecido, yo tengo eso o lo otro igual

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Jordi Évole es un gran periodista que ha conseguido hacer preguntas sencillas que en muchas ocasiones no tienen una respuesta tan fácil. Los silencios de sus entrevistados son elocuentes, entre lo más incomodos recuerdo en un programa los de las portavoces de empleo del PP y el PSOE en una entrevista en el Congreso o el de un cargo de confianza de la Diputación de Alicantes sobre sus méritos para ocupar el cargo que ostentaba.

El pasado domingo «Salvados», de La Sexta, emitió un reportaje de Junqueras en visita a Sevilla, una especie de «El convidat» de Albert Om de TV3 pero sin noche de por medio.

El programa fue sorprendente en muchos sentidos: lo que más me llamo la atención fue que al llegar a la casa de las afueras de Sevilla Junqueras se pasó todo el rato diciendo: yo tengo las mismas sábanas, yo tengo un huerto parecido, yo tengo eso o lo otro igual.

Al finalizar la visita a la casa el propio Junqueras afirma con desparpajo: Si al final parece que somos bastante parecidos no? Al poco rato Junqueras afirma que es la tercera vez en su vida que visita Sevilla… quien sabe, quizás si no hubiera tenido que hacer un «Salvados» para caer en la cuenta de los mucho que se parece una casa de Sevilla de una de Sant Vicenç dels Horts todo esto de la independencia no hubiera llegado tan lejos.

A lo largo del programa constantemente habla de la falta de amor del gobierno, de la falta de respeto. El líder republicano afirma sin rubor que separados nos entenderemos mejor y rehúye reconocer a los sevillanos que le acogen en su casa como compatriotas. El momento más hilarante de todo el programa sucede cuando de forma consecutiva Évole muestra primero un anuncio del PP, que recibe la reprobación de casi todos los presentes en la tertulia y luego uno de ERC que parece una copia del PP pero en sentido inverso frente a lo cual Junqueras no tiene respuesta alguna. Creo que el ejercicio de Évole fue, como él busca, hacer reflexionar al público, pero en este caso, a diferencia del encuentro que propició en el mismo programa entre Felipe González y Artur Mas, a mi como telespectador, me sorprendió como personas, muchas de ellas formadas -había un ingeniero y un catedrático en economía- pero no políticos profesionales desmontaron la argumentación de Junqueras, que aquí, en Catalunya, de lo básica que es a muchos ha llegado a parecer genial.

En el programa «Salvados», en cambio, los epítetos: esto es demagogia, no se puede fiar todo a que todo es culpa de España, etc… tuvieron que ser encajados uno a uno por un Oriol Junqueras que, quizás, solo quizás, si se hubiera tomado la molestia de saber algo más de España, al igual que uno de sus contertulios de programa había hojeado su tesis doctoral no estaríamos hoy en lío que él y unos cuantos más nos han metido.

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