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«Retrato de la Familia de Juan Carlos I», pintado por Antonio López - ABC

Los que fueron ya no son y los que son no están

Quienes más han cambiado han sido Don Juan Carlos y Don Felipe, pero el cuadro de Antonio López ya transmitía un mensaje de futuro

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Cuando Antonio López empezó a pintar hace veinte años el «Retrato de la Familia de Juan Carlos I», a quienes estaba pintando eran los cinco miembros que constituían la Familia Real española en aquel momento. Corría 1994 y ya se sabía que pronto se incorporaría un nuevo miembro a la Familia (Jaime de Marichalar). Lo previsible era que, tarde o temprano, se sumarán dos más.

Sin embargo, lo que se propuso el artista no era inmortalizar a la Familia Real, según la descripción del Real Decreto que la define, sino retratar a Don Juan Carlos con su esposa y sus tres hijos, tal y como eran en aquel momento. El tiempo se pararía en el lienzo, ajeno a la vida que seguía su curso.

No importaba que, veinte años después, la Familia Real ya fuera otra. Pero ¿qué ha pasado en estas dos décadas? ¿Cómo han cambiado cada uno de los cinco protagonistas del cuadro?

Familia Real: De los cinco miembros que la integraban en 1994, solo tres siguen constituyendo la nueva Familia Real (Don Juan Carlos, Doña Sofía y Don Felipe) y habría que sumar otros tres nuevos (la Reina, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía).

Don Felipe: El artista ya transmite en el cuadro que Don Felipe era el futuro. Le pinta aislado, sin rozarse con los demás miembros, que aparecen agrupados. El entonces Príncipe ya volaba por su cuenta. Don Felipe, que en aquel momento estaba realizando un master en la Universidad de Georgetown, es quien más ha cambiado en todos los aspectos -también físicamente-, junto con su padre. Tenía 26 años; hoy tiene 46.

Don Juan Carlos: En el cuadro aparece como el padre protector que rodea con sus brazos a su esposa y a su hija mayor, Doña Elena. No llega a rozar a Don Cristina, pero la Infanta aparece también integrada en el grupo de los cuatro. Cuando Antonio López empezó a pintar el cuadro, el Rey estaba en plena forma física, tenía 56 años y empezaba a recoger los frutos tanto en España como en el exterior de la labor emprendida en 1975. Aún estaban recientes los éxitos del 92 (Juegos Olímpicos y Expo).

Doña Sofía: Es la que menos ha cambiado en todos los sentidos. En su caso, la ropa y el peinado ayudan a situar la fecha del cuadro, porque incluso dentro del estilo clásico de la Reina se notan las tendencias. Años después Doña Sofía empezó a subirse el largo de la falda, de acuerdo con la moda, y a ahuecarse el pelo. Igual que hace veinte años, la Reina sigue siendo muy aficionada al abanico, como el que sostiene en sus manos en el cuadro de Antonio López. En la pintura tenía 55 años; hoy tiene 75, pero sigue conservándose en plena forma.

Doña Elena: Junto con su madre, es la que menos cambios ha experimentado físicamente. Sin embargo, en estos últimos veinte años -sobre todo, desde que se casó con Jaime de Marichalar- el estilo de la Infanta ha evolucionado mucho, y a mejor. También su figura, que es más esbelta ahora que hace dos décadas. Cuando empezó a pintarse el cuadro, Doña Elena tenía 30 años y estaba soltera, aunque ya salía con su prometido, con el que se casó un años después. Ahora está a punto de cumplir 51, es madre de dos hijos y está divorciada, pero su imagen actual es mucho más juvenil. Llama la atención en el cuadro que las tres señoras lleven zapatos casi planos. Hoy, muy probablemente, lucirían zapatos de alto tacón.

Doña Cristina: Su cambio es notorio en todos los sentidos. En aquel momento tenía 29 años, acababa de empezar a trabajar en La Caixa, practicaba la vela con pasión y todavía no conocía a Iñaki Urdangarín, con el que contrajo matrimonio tres años después. Ahora tiene 49 años, es madre de cuatro hijos y su vida aparentemente de cuento de hadas se ha convertido desde hace tres años en una pesadilla como consecuencia de los negocios de su marido.