Copa del Rey

Valencia - Cádiz (2-1) Con la carita levantada y el balón en los pies

El Cádiz cae apeado de la Copa tras una memorable segunda parte en la que tuvo la semifinal en su mano

Alfonso Carbonell

Caer de esta manera está bien, pero fastidia más incluso. El Cádiz se ha quedado a un paso de la semifinal de Copa y lo ha hecho yendo a por el partido de una manera tan descarada que no se veía desde hace años. Porque sí, este Cádiz ha cambiado la cara. Y de qué forma. Es verdad que en la sala de máquinas han entrado dos ex de Pucela que le dan la testosterona y el temple necesario a un equipo que está demostrando que no eran cojos. Porque sí, este Cádiz no solo sabe dar más de cuatro pases seguidos sino que incluso es capaz de encerrar a toda un Valencia en su estadio a base de acometidas de juego combinativo, preciso y con ritmo. Lo nunca visto.

El Valencia le ha eliminado de la Copa y puede que sea hasta mejor que no se haya hecho uso de la prórroga porque este fin de semana no hay tiempo para respirar porque espera el Mallorca, también apeado este miércoles en Vallecas.

El Cádiz se va de Mestalla con la cara levantada y, lo que antes parecía imposible, el balón en los pies. Ese que Cala pudo introducir entre los tres palos para remontar poco antes del 2-1. El Cádiz es más compacto, más equilibrado, igual te dibuja una jugada trenzada que te manda el balón a por pipas. Pero ha ganado en confianza y se sabe mejor, y eso es muy importante para lo que queda de camino.

Muchas novedades en el once de Sergio respecto al que sacó en su debuy le dio el pase a cuartos al Cádiz en Gijón. De la línea defensiva de cuatro atrás, tres. Cala, Luis Hernández y Espino salían de inicio en detrimento de Haroyan, Chust y Arzamendia. Nuevo doble pivote. Jonsson y Alcaraz sustituían a San Emeterio y Bastida. El sexto cambio y último, el del debutante Idrissi por el hoy jugador del Ibiza Álvaro Jiménez.

Había ambiente de Copa en Valencia y ganas, muchas ganas. Sabedor de ello, desde el primer minuto Bordalás tiró a los suyos contra el Cádiz con la idea de hacer del Mestalla una falla en la que quemar a los de amarillo, especialmente a Cala, del que la afición no se olvidó cada vez que tocaba el balón.

Este Cádiz ha cambiado. Una barbaridad. Pasará lo que pase, pero este equipo ha sido removido por dentro y por fuera por su nuevo jefe, que le ha dado un aire más ambicioso del que acabó teniendo con Cervera. El Valencia salió a por todas pero se encontró con un Cádiz contestatario y que para nada se iba a achicar. Así fue como en el minuto 8 los de Sergio gozaron de un saque de esquina que pudo darle el primer gol de no ser por la aparición de Guillamón, que le quitó a Sobrino el balón cuando el manchego se disponía a fusilar a Doménech.

El Valencia llevaba el mando del encuentro pero el Cádiz tenía bien afiladas sus uñas como se encargaban de avisar entre Sobrino y Andone, dos luchadores que llevaban el peligro pasado cuarto del hora al área de Doménech, que veía como su zaga apagaba el incendio. Tanto se estaba entregando el rumano que se rompió en una carrera y pedía el cambio en el 20' de partido para que debutase Lucas Pérez sin pisar antes Carranza.

Gol con posible falta a Cala

Se empezó a torcer la cosa con la lesión de Andone y se terminaron de romper con el gol de Guedes precedido por un balonazo arriba de Diakhaby y al que le siguió un posible empujón en el salto de Hugo Duro sobre Cala, que pecó de vulnerable. Duro se llevó el balón y asistió al portugués para que batiese por bajo a David Gil en el 23'.

Momento del choque entre Hugo Duro y Cala. EFE

Pero claro, con Alberola Rojas al aparato , poca de esas faltas le iban a pitar a un Cádiz al que se le ponía la cosa fea en Mestalla. Pese al gol, el once amarillo siguió gestionando el partido de una manera que no le sobrepasase, lo que no quitaba para que el Valencia lo intentase por mediación de dos disparos que no encontraron puerta de Guedes y Bryan Gil.

La reacción inesperada la puso Alejo, que es otro con Sergio . El vallisoletano, además de forzar tarjetas y saques de esquina, también se sacó de la manga un centro chut que casi ahoga a Mestalla poco antes del descanso.

VAR, penalti y empate

A la reanudación, Sergio refrescó la banda derecha y sacaba a Salvi por el amonestado Alejo. Y el Cádiz, además del cambio, salía con unos aires nunca antes visto. Se soltaba con el balón en sus pies y tocaba y tocaba en campo rival. Apoyados en el temple de Rubén Alcaraz, los de Sergio metieron a los che en su campo y eso provocó que se forzara un saque de esquina tras una acometida por la banda de Espino. Al saque del mismo Cala era agarrado por Comert y Alberola Rojas, tras chivatazo del VAR, señalaba el punto de penalti para que Lucas Pérez empatase desde los once metros.

El empate dio pie a una acción de Sobrino, que desde el centro del campo intentó sorprender a Doménech pero el balón superó el larguero. Cambiaba el escenario y de qué forma. El encuentro pasaba a ser altos voltajes, eléctrico . Tanto que Cala casi redondea su labor a media hora del final con un remate de espuela al saque de un córner que se estrelló en la cepa del palo.

En mitad de la tormenta, Sergio metía a Álex en la sala de máquinas y sentaba a un deslumbrante Alcaráz. También introducí a Negredo por Idrissi para desplazar a Sobrino a la banda izquierda. Los corazones comenzaban a sufrir y Mestalla pitaba a los suyos maniatados por momentos por los de amarillo.

Pero el Valencia también tiene lo suyo. Y uno que entraba era Maxi Gómez, que la primera que tuvo cabeceó por encima de Luis Hernández y Cala para mandar el balón fuera.

El ritmo era enloquecedor y solo las faltas, con sus tarjetas, frenaban la velocidad de un choque no apto para cardíacos. Los cambios de Bordalás hacían efecto y de nuevo el conjunto che se hacía con los mandos de un toro salvaje, que era en lo que se había convertido estos cuartos de final.

A un cuarto de hora del 90', Iza entrba para dar descanso a Sobrino y se colocaba como extremo por delante de Parra. Cada ataque era una cuchillada, como la que Luis Hernández salvó al desbaratar un centro de Soler que tan solo fue el preludio del segundo del Valencia. Era el 79' de partido y Hugo Duro metía la cabeza al saque de un córner para hacer de Mestalla un volcán.

No iba a arrojar la toalla el Cádiz, que tan pronto sacó de mediocampo forzaba un nuevo saque de esquina pero el partido ya era un despojo del que el Valencia quería sacar tajada. Los de valencianistas, a imagen y semejanza de su entrenador, empozoñaron cada acción con el permiso de los cadistas, que se quedaron con uno menos por la segunda amarilla a Cala, que llegó tarde a un balón y supo templar los nervios cuando se vio encima a Diakhaby, que se fue a por él para buscar lo que no encontró hace ya un año .

Con uno menos y un añadido de siete minutos , el Cádiz comenzó a intentarlo con un testarazo de Salvi que se fue alejado creando el silencio en Mestalla bajo la segura mirada de Doménech.

Hasta el final lo intentó el Cádiz, que acabó muriendo en la orilla gracias al cañón que tiene Luis Hernández en sus brazos, con los que metía el balón en el área valencianista para que Negredo intentara sacar petróleo sin demasiado éxito para lo que se había merecido un conjunto gaditano que pudo ser más que un digno semifinalista. Ahora, y de la misma forma, a por la Liga.

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