¿Qué hará Sergio?

El Cádiz CF tiene un encuentro trascendental ante el Granada de Robert Moreno. Una victoria daría un a impulso moral a una plantilla que mejora con el paso de las jornadas y que ha merecido sumar muchos más puntos desde la llegada de Sergio González. Aún así, la puntuación obtenida hasta el momento por el técnico entraría dentro de los parámetros requeridos para la permanencia en LaLiga Santander, pero hay que recuperar las victorias que se escaparon, ya sea de una manera o de otra.

El entrenador ha ido incorporando matices progresivamente desde que aterrizara en el Nuevo Mirandilla, y los aficionados cadistas han podido comprobar como los jugadores y los esquemas a usar no han sido los mismos en cada encuentro. Por lo tanto, todo el entorno amarillo se pregunta cuál será la idea que pasará por Sergio González en estos momentos para encarar el fundamental duelo ante el Granada. El vestuario ya ha comenzado a hablar de finales públicamente y, teniendo en cuenta la situación deportiva de los nazaríes, el choque podría ser catalogado como ‘finalísima’.

Sergio arribó a Cádiz con el 1-4-4-2 bajo el brazo. El dibujo más común en equipos que necesitan confianza en la solidez del bloque y llegar al área rival por la vía rápida. En un principio, apostó por Álex Fernández como uno de los dos centrocampistas en el doble pivote, pero cambió de planteamiento para, tras la llegada de Alcaraz, entregarle la llave de la sala máquinas. Ante el Mallorca ambos compartieron medular y el resultado fue desastroso, pues el Cádiz fue superado ampliamente en esa zona del campo por los bermellones.

Ahí Sergio se dio cuenta de que Alcaraz, a pesar de tener bastantes cualidades defensivas en su juego, necesita de un jugador a su lado que lo equilibre cuando decida aventurarse en lo ofensivo. Llegó el Celta de Vigo al Nuevo Mirandilla, otro conjunto de mucho nivel cualitativo en el centro del campo, y Alarcón fue el elegido. Aunque el resultado en ataque no fue el esperado, en lo defensivo el Cádiz anuló a las piezas diferenciales de los gallegos y logró que uno de los equipos que más generan de LaLiga no creara peligro sobre Conan Ledesma (más allá del creativo penalti pitado por Mateu Lahoz). La semana siguiente llegó el Getafe, y Sergio volvió a retocar a los suyos. Esta vez, de una manera mucho más pronunciada. Adoptó el esquema 1-5-2-3/1-5-2-1-2 y fue totalmente superior al conjunto dirigido por Quique Sánchez Flores.

¿Y ahora, qué? El Cádiz trabaja en la Ciudad Deportiva y allí se está fraguando el plan amarillo en Los Cármenes. Solo el cuerpo técnico sabe, o quizás aún no, como se van a presentar los suyos el Día de Andalucía. Por un lado, el Granada podría ser el elemento que haga decantarse a los cabecillas. Los nazaríes suelen apostar por un dibujo de 1-4-4-2 o 1-4-2-3-1. No tienen once fijo, pues Robert Moreno ha variado mucho en las últimas jornadas. Podría aparecer con dos bandas verticales y de desborde como Puertas y Machis, o bien jugadores que suelen centralizar su posición como Collado. En la medular estará Luis Milla, un centrocampista total.

Por otro lado, la elección de estrategia por parte de Sergio González podría estar en su mismo equipo. El encuentro ante el Getafe mostró la mejor cara del Cádiz CF en lo que llevamos de temporada en términos de juego. Funcionó en lo defensivo y apabulló en lo ofensivo. El técnico amarillo sorprendió a Sánchez Flores, le ganó la partida y, de paso, se cercioró de que con ese dibujo hay muchas de sus piezas que funcionan mejor y, sobre todo, que caben las tres más diferenciales en lo ofensivo: Lozano, Lucas Pérez y Negredo. Además, otorgas mayor libertad a un gran llegador como Alcaraz y aprovechas la sanción de Espino para colocar en el lugar que mejor rinde a su teórico sustituto, Arzamendia. Sin embargo, reniegas de las bandas y, por lo tanto, menos posibilidades para activos importantes como Alejo, Idrissi o Salvi Sánchez.

Muchas dudas y muchas preguntas en la cabeza de un Sergio González que quiere acertar para lograr una victoria vital y que otorgaría un impulso moral a un equipo que solo necesita solo para comenzar una dinámica positiva y lograr el objetivo de la permanencia.