Cádiz - Elche
Fuera de sitio (1-3)
El Cádiz da vida al Elche en un partido del que decide desaparecer en el segundo tiempo
Fuera de contexto y tan cerca del final es complicado centrarse en cualquier trabajo. Por muy profesional que sea, cuando hay un colega en frente que se juega la vida y tú estás más pendiente en el destino de tus vacaciones que en el balón lo más normal es que suceda lo que ha sucedido en Carranza, donde el Elche tomaba un soplo de vida de cara a la última jornada, a la que llega resistiendo y con esperanzas de salvarse tras ganar al Cádiz con una justa remontada,
El Cádiz, como ha hecho en estas jornadas donde nada se jugaba más que la honra, hizo su partido y casi se lo complica al Elche, que desde el primer segundo era el que más puso sobre el verde. Y claro, el miedo, las ganas y la tensión por vivir pesan más que la toalla y las chanchas que se han ganado llevar los chicos de Cervera en estas tranquilas jornadas que cierran un año lustroso. Y así, fuera de sitio, es muy difícil que resalten esos genes de la banda de Cervera.
Cervera movió su once respecto al que sacó el pasado martes ante el Osasuna con la variante en defensa del canterano Álex Martín, que suplía al lesionado Akapo. También se sumaban al once Alejo, Fali, Malbasic y José Mari por Iza, Alcalá, Sobrino y Garrido para medirse a un Elche necesitado que salía con una defensa de cinco con tres centrales con los que sorprendió al equipo amarillo, que salió mucho más descentrado que su oponente.
Tan enchufado salió el Elche que en apenas tres minutos ya había generado tres ocasiones. La primera, la más clara. Pere Milla cabeceaba al travesaño tras un buen centro desde la izquierda de Piatti, el mismo que un minuto después no batía en un mano a mano escorado bien tapado por David Gil. La tensión es la tensión y eso se notaba desde muy temprano.
Dominaba con intensidad el Elche ante un Cádiz pétreo pero no dormido. Siete minutos tuvieron que pasar para que los de Cervera pisaran área contraria . Y lo hizo gracias a un buen balón servido por la izquierda del Choco Lozano a Saponjic para que el balcánico tocase lo suficiente para entregar la bola al arquero franjiverde.
Ese acercamiento andaluz no varió la tónica porque el Elche volvía a la carga con un centro que buscaba la cabeza de Pere Milla que tuvo que desplazar Marcos Mauro a saque de esquina.
Se las prometía felices el Elche hasta que Iván Alejo se montó una pirula por su banda y se adentró en el área tras fintar con comodidad y sencillez a su par para armar su pierna derecha y chutar fuerte a puerta para encontrarse con el codo de Gonzalo Verdú, que en primera instancia mandaba el balón a córner hasta que el VAR aparecía para cumplir con su función. Manos como un castillo, penalti y gol de José Mari desde los once metros para condenar temporalmente al Elche a Segunda.
Los minutos pasaban y el Cádiz, apoyado por el gol, se iba asentando al encuentro poco a poco y lo volvía a hacer con ese guiño al fútbol de toque de vez en cuando le da por hacer. Así, se pod
ía ver varias jugadas en las que el balón se sacaba jugando desde atrás para llegar a campo contrario con un criterio más o menos digno y muy alejado de los parametros del fútbol que les ha hecho sobrevivir con solvencia en Primera.
Por su parte el Elche seguía basando su ataque en Piatti, que no se cansaba de colgar balones buscando a las torres ilicitanas.
Se iba el partido al descanso cuando un error fatal de José Mari en un cambio de juego le dio la posibilidad al Elche de empatar el partido pero el cabezazo templado y sin mucha intención de Pere Milla con todo a su favor no encontró siquiera puerta para alivio de David Gil, que desde su portería veía cerrarse la primera mitad con un lanzamiento al exterior de la red de Malbasic.
Segunda parte para olvidar
Como pasó en la primera, también pasó en la segunda. Y es que el Elche volvía a salir con mayor intensidad, lo que cerca estuvo de darle el empate pero el cabezazo de Pere Milla que acababa en gol tras un buen centro con la zurda ed Josan era anulado por el VAR por la posición ligeramente adelantada del delanterio ilicitano.
Minutos después, en el 57', Pere Milla volvía a incidir en el ataque franjiverde y esta vez sí marcaba en posición legal aunque saliendo en línea con la defensa amarilla en el momento en el que se convería en Messi tras recibir un balón, encarar y salvar la débil oposición de Mauro y batir por alto a David Gil para empatar un partido y llevar la justicia al marcador.
Seguía creyendo el Elche y esa moral le daba alas para remontar en el 63' y tras un nuevo saque de esquiba que acabó bien resuelto por el chiclanero Diego González, que aprovechaba con olfato goleador un rechace al palo tras un fuerte disparo de Raúl Guti para batir a un David Gil ya en el suelo.
Era un hecho que el Cádiz salió relajado en la reanudación y el Elche aprovechaba el asunto para encarrilar su victoria y hacer los
deberes en esta penúltima jornada en la que se medía a un rival con la mente puesta en la sombrilla y la playa.
Las ocasiones se les acumulaba al Elche y Cervera agotaba los cambios para meter veteranía y velocidad como Augusto, Negredo, Jairo o Sobrino para tratar de espolear un poco a un equipo demasiado calmada.
Pudo sentenciar a diez minutos del final el Elche de no ser por la madera, que escupió una violenta volea de Diego Carrillo tras ganarle la partida a Marcos Mauro, que midió mal el pase en largo de Gonzalo Verdú a su compañero.
Pero si no lo hizo Carrillo sí que lo consiguió Fidel poco después tras recorrese medio campo sin apenas dificultades conduciendo con su pierna izquierda un balón que acabó golpeando con dureza desde dentro del área de David Gil, que encajaba su octavo gol en tres partidos en Primera.
Sin ganas apenas de levantar los brazos, el Cádiz se entregaba definitivamente a la conclusión de un choque que acerca lo que merecidamente se han ganado estos guerreros ya sin una empresa loable que alcanzar. Les llega, en menos de una semana, ese feliz descanso que tanto se han ganado mientras no dan muerte a un Elche que aún sueña con salvarse.
