Cuidados
¿Por qué tras la cirugía estética todas las caras parecen iguales?
Someterse a tratamientos no recomendados, o la falta de experiencia de un cirujano, puede generar un resultado muy poco deseado tras una intervención
Cada vez se tiene menos miedo a la cirugía estética . De hecho, España es el séptimo país en número de intervenciones de este tipo. Cada vez son más personas las que se lanzan y deciden cambiar su físico a través de una operación, proceso que según pasan los años es más cómodo, seguro y rápido.
Pero, en la mente de todos seguro que resuena una duda... ¿estaré contento con el resultado? ¿La gente va a notar que me he operado? Esta cuestión, que también se puede traducir en la percepción que algunos tienen de que las personas que se someten a una operación estética terminan pareciéndose entre sí, no es del todo verdad.
«Si una persona incurre y acumula cirugías que no están bien pautadas, al final tiene un estigma facial », comenta el doctor Jesús Centeno. El doctor Iván Mañero también explica la situación: «Existen dos formas de operar: hacer mil operaciones una vez y hacer una operación mil veces. En los primeros esta el éxito. Las mil operaciones se han hecho una sola vez porque cada una de ellas se ha adaptado a los rasgos y las necesidades de cada paciente y por eso es distinta».
El doctor Mañero comenta la importancia de la individualidad en este tipo de operaciones: «Si siempre haces lo mismo, si siempre trabajas con los mismos patrones , esto puede hacer que todas las caras, narices, etc. parezcan iguales». El doctor Centeno, por su lado, advierte que es esencial que un cirujano sepa poner un límite y que es «tan importante saber operar como saber decir que no».
Desmitificar los cánones
Aunque parezca lo contrario, cada vez es menos común que la gente acuda a la consulta de los cirujanos estéticos persiguiendo un rostro concreto. «En España el paciente tiene una importante madurez en lo que se refiere al mundo de la cirugía plástica , por lo que, la gran mayoría desean mejorar su propia belleza, seguir mirándose al espejo y reconocerse, mas bellos, pero ellos mismos», apunta el doctor Iván Mañero.
Por su lado, aunque son poco frecuentes, a veces sí se persiguen unos cánones de belleza concretos. «En el ámbito nacional hay referentes como E durne, Adriana Ugarte o Miguel Ángel Silvestre , personas con una belleza natural, no muy exagerada», comenta el doctor Centeno y añade: «Pero nuestra labor es hacer entender a los pacientes que las pretensiones de parecerse a un famoso son irreales y nada recomendables».
Todavía tendencia femenina
Pero, aunque la búsqueda de un rostro imposible cada vez es menos común, hay otras tendencias que se mantienen inamovibles. Por ello, la operación de aumento de pecho continúa siendo la operación estética por antonomasia. Partiendo de ahí, las otras intervenciones más comunes son la liposucción, el retoque de párpados , el lifting facial y la intervención de la nariz. En el caso de los hombres, el doctor Centeno comenta que los más jóvenes suelen pedir lipsucciones e intervenciones de nariz, mientras que a partir de los 50, el rejuvenecimiento facial es el procedimiento más demandado.
Continuando con la diferencia por géneros, el mercado de las operaciones estéticas sigue apelando directamente al mundo femenino. Del total de pacientes, las mujeres conforman el 80% del grupo. Aunque los hombres se reduzcan al 20% del grupo, Jesús Centeno recuerda que las cirugías estéticas entre hombres se duplican año tras año.
El doctor Mañero comenta que esta desigualdad tan pronunciada se debe a que las mujeres están sometidas a una mayor «presión social y personal por estar siempre guapas y jóvenes » y cumplir un canon de belleza más estricto. Aunque este peso en los hombres es menor, el doctor explica que, dado que tradicionalmente el hombre ha tenido funciones sociales en las que debía proteger a su familia y ser la persona que lleva el sustento al hogar, ellos se operan, «no tanto por parecer mas o menos guapos,» sino para « no parecer mayores o cansados», para seguir teniendo «una apariencia de persona activa».
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