La razón por la que unas personas tienen más agujetas que otras
Realizar ejercicio con una carga de entrenamiento a la que no se está acostumbrado puede ser uno de los desencadenantes
Empezar a hacer deporte o volver al gimnasio después de meses, o sin necesidad de que pase tanto tiempo, semanas, viene a menudo acompañado de un dolor que nos reduce las ganas de tener esa vida 'fitness'. Dificulta entrenar al día siguiente o, incluso, en ocasiones, rutinas tan cotidianas como subir y bajar escaleras nos cuesta un mundo. Es molesto que aparezcan esas famosas ' agujetas ', pero todavía es peor cuando esa amiga con la que vas al 'gym' está como una rosa y tú casi no puedes moverte. Pero, ¿por qué ocurre esto?
El dolor muscular de aparición tardía es conocido coloquialmente como agujetas o DOMS (por sus siglas en inglés 'Delayed-Onset Muscle Soreness'), utilizado más en el ámbito científico. A lo largo de los años se han compartido numerosas teorías sobre cómo se forman en nuestro cuerpo. De hecho, según Pedro L. Valenzuela, investigador en la Universidad Europea de Madrid y Co-Editor en Fissac , el nombre 'agujetas' tiene su origen en una de ellas. Tradicionalmente se pensaba que su aparición se debía a la cristalización del ácido láctico en el músculo , y de ahí vendría su apelativo, porque esos cristales se clavarían como agujas. «Sin embargo, pese a que esta teoría está todavía muy presente incluso en el ámbito educativo, tiene poco sustento científico ya que ni en nuestro cuerpo encontramos ácido láctico (realmente encontramos lactato), ni este cristalizaría en las condiciones que se dan en nuestro organismo», explica Valenzuela.
Actualmente, la evidencia más extendida sobre cómo se forman las agujetas es como consecuencia de un proceso eminentemente mecánico. «Un estiramiento excesivo, aunque otros factores también pueden producirlo, conlleva la ruptura de la membrana y otros elementos estructurales de la fibra muscular, lo cual da lugar a un proceso inflamatorio que trata de reparar la zona dañada», expone este investigador. «Es ese edema y la acumulación de células pro-inflamatorias lo que aumenta la sensación de dolor, y como este proceso no se produce de forma inmediata, sino que requiere de cierto tiempo, el pico de dolor se suele experimentar a las 24-48 horas y no inmediatamente tras el ejercicio».
A la pregunta de por qué unas personas tienen más agujetas que otras, Valenzuela manifiesta que el factor principal que condiciona su aparición es realizar ejercicio con una carga de entrenamiento a la que no se está acostumbrado, ya sea en cuanto a intensidad o volumen. Por lo que cuando nuestro nivel de forma física es bajo, es más posible que aflore este dolor muscular de aparición tardía. «Por otro lado, se ha descrito que personas con fibras musculares 'rápidas', es decir, más explosivas, tienen mayores posibilidades de tener daño muscular y en consecuencia de sufrir agujetas », concluye.
Diferencia entre fibras musculares rápidas y lentas
Nuestros músculos están formados por dos tipos de fibras musculares, pero la proporción que tenemos de cada una de ellas varía según la genética. Por un lado, están las fibras de contracción lenta , que son pequeñas y generan poca potencia, no obstante, producen energía durante periodos largos y tardan en fatigarse. Dependemos de ellas para actividades habituales o de poca intensidad, pero de larga duración, como andar o ir en bici. Por otro lado, contamos con las fibras de contracción rápida , que son mayores y producen más potencia. Se activan cuando ejecutamos ejercicios de fuerza o velocidad. Nos permiten realizar grandes esfuerzos pero se cansan rápidamente.
Recuerda que cualquier persona puede sufrir este dolor muscular de aparición tardía. Es más probable que se de en personas sedentarias, pero un deportista de alto nivel que aumente de forma repentina sus cargas de entrenamiento también puede tener agujetas importantes.
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