¿Buscas gimnasio y no sabes por cual decidirte? Este el equipamiento que no debería faltar

Si estas valorando apuntarte a un gimnasio no te dejes deslumbrar por aparatosas máquinas o equipamiento de última tecnología

Alfonso M. Arce

Alfonso M. Arce

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El factor humano debería ser el motivo principal por el que elegir prácticamente cualquier servicio. Si vas a la ferretería con más género del mundo pero quien te atiende no sabe qué es una tuerca, algo irá mal. Sintiéndolo mucho las 'apps' no pueden sustituir a un buen profesional. El inconveniente cuando se trata de un gimnasio es que es complejo hacerte una idea fidedigna de lo que allí te vas a encontrar, salvo que otra persona que ya ha sido o es cliente de ese centro te de referencias.

En los gimnasios no es raro que ocurra eso de pagar la cuota para hacer escaso uso de ella y a los dos años no haber notado ninguna mejoría en su estado de forma, o en tu aspecto físico. Puede que hasta estés peor. Si trasladamos este ejemplo a una academia de idiomas sería algo así como pagar mes a mes para seguir escuchando las mismas lecciones de la primera semana de clases, o todavía peor… Pagar para que, con el paso del tiempo, se te olviden palabras porque tu nivel empeore en lugar de mejorar.

Como esta situación desmotiva con solo leerla, toda la publicidad de la industria del fitness está orientada a que nos garanticen resultados con relativa inmediatez . La primera duda razonable es si esos métodos o cadenas de gimnasios que venden cambios físicos meteóricos son tan solo un gancho comercial, algo que acaba en un simple eslogan diseñado para captar un público que saben que está ‘ahí fuera’ buscando un milagro que no existe. Deslumbrar al cliente potencial con las instalaciones es el paso final, pero ahí es donde no deberían darnos gato por liebre. En tu próxima visita para apuntarte a un gimnasio pon atención a si son estas máquinas a las que dejan más espacio en sus instalaciones:

Tu cuerpo

La máquina más perfecta. Con él puedes caminar, correr, saltar, hacer fondos, sentadillas, escalar, subir, bajar, tumbarte, levantarte, estirarte, agruparte, girarte, rotar, rodar, bailar, retar a tu equilibrio, a tu precisión, agilidad… de todo. Tu cuerpo es un gimnasio, por eso muchos métodos de entrenamiento físico presumen de no utilizar otra cosa. Y tienen razón. Solamente debes hacerlo con la técnica y la intensidad adecuada ¿Tiene tu gimnasio una zona con suficiente espacio donde poder sacar el máximo partido a tu propio cuerpo?

Gimnasio con muy buena pinta. Foto Unsplash

Una jaula de potencia

Jaula de potencia. foto Unsplash

Dicho así igual suena raro, pero es la manera técnica de llamar a una especie de estructura metálica en la que se puede insertar los soportes donde colocar barras olímpicas adaptando fácilmente su posición o altura, lo que te facilitará la ejecución de algunos ejercicios imprescindibles como sentadillas, press de hombro y press de banca (el banco no puede faltar, claro). En la parte superior de la estructura, podrás encontrar barras para colgarte perfectas para las dominadas. Aunque una jaula vista sin nada montado resulte un poco anodina, estamos hablando de una auténtica fábrica de gente fuerte.

Unas mancuernas

Un básico. Mejor si son hexagonales para que te valgan como base de apoyo y así multiplicar sus opciones. Si pensar en mancuernas te lleva inmediatamente a pensar en un curl de biceps, te estás perdiendo muchas otras opciones. Su polivalencia es tremenda.

Mancuernas hexagonales. Foto Unsplash

Las pesas rusas o kettlebells

Sin exagerar podríamos decir que solamente con una pesa rusa tu forma física puede alcanzar un nivel realmente alto. Para exprimirlo al máximo sin riesgo, es importante que un especialista guíe tus pasos. Yo te recomiendo la academia de Kettlebell Me . Y otra cosa, no te dejes llevar por el miedo. No imaginas el peso que se puede mover si tu técnica es buena.

Las pesas rusas o kettlebells son una de las herramientas más versátiles que existen. Foto Unsplash

En el hipotético caso de que tengamos un espacio muy reducido (muchísimo) que nos obligue a ser muy meticulosos a la hora de elegir qué incluimos en nuestro gimnasio de casa, te valdría este criterio: una jaula individual, una barra de halterofilia, un par de mancuernas y un par de kettlebells. Aun echando de menos muchas cosas, es más que suficiente y la inversión es menor que el gasto anual en un gimnasio al que no vas, aunque una vez más te faltaría lo más importante: el factor humano, el de un profesional que te guíe para lograr tus objetivos.

Como resumen debemos entender que las salas repletas de sofisticadas máquinas, pantallas de televisión y luces por doquier son en un reclamo comercial que no necesariamente significa que esas instalaciones consigan mejores resultados que un gimnasio más rudimentario. En general las máquinas de los gimnasios (sobre todo en los más grandes) permiten dejar a la gente entrenar con escasa vigilancia manteniendo el riesgo de lesión a niveles razonablemente bajos.

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