«El beneficio global del entrenamiento de fuerza es insuperable»
Entrevista a Carlos Pereda, campeón mundial de culturismo
Los batidos de proteínas a examen: ¿Tiene sentido su consumo?
Tradicionalmente el mundo del culturismo se desarrolla en una retroalimentación constante. Quienes lo practican viven intensamente esta disciplina casi exclusivamente entre iguales. Quienes son ajenos a ella, la miran con la misma cara que se les quedaría si aterrizara una nave extraterrestre en la puerta de su casa. Es raro encontrar a un campeón de culturismo que aparque su práctica deportiva y se esfuerce en predicar que el entrenamiento de fuerza no se reduce a lucir músculo, ni a las proporciones perfectas, que la salud es lo importante. Por este motivo entrevistamos a Carlos Pereda ( @carlosperedam3 ) , venezolano afincado en España, campeón del mundo de culturismo IFBB categoría master el pasado año 2022 y propietario del gimnasio M3 Fitness Center en Murcia, donde no para de divulgar todo lo que hay de saludable en el entrenamiento con cargas. Esto es lo que nos contó.
Carlos por empezar por algún lado, cuéntanos qué te trajo a España
Yo llegué aquí en el año 2005. Antes, en Venezuela, practicaba powerlifting desde muy joven y con el paso del tiempo acabé decantándome por el culturismo. Lo que me enganchó de esa disciplina es la transformación física que puedes alcanzar. Ya sabes lo que ocurre, cuando estás entre los dieciséis y dieciocho años lo que te apetece es verte bien, y por aquel entonces eso significaba estar como Arnold o como Stallone , que eran los protagonistas de las películas de acción, eso te hace desarrollar una obsesión por la estética y esta parte es la que conlleva adentrarte en el lado más oscuro de ese deporte , por ese motivo rechazo el recomendarlo a todo el mundo, porque lo que haces con tu cuerpo es realmente violento y extremo. No hay un equilibrio, es algo contra natura. Yo lo entendí desde el principio, porque no competía pero sí que entrenaba con gente que lo hacía y seguía sus mismas rutinas, sus mismas series, las mismas repeticiones, los mismos pesos… y mi físico no tenía nada que ver con el de ellos. En ese momento te das cuenta de que tienes que hacer cosas que no deberías, aunque en Venezuela eso no estaba tan mal visto como aquí, digamos que lo tienen mucho más interiorizado. Aquí es más bien lo contrario, hasta incluso te miran mal por comprar un bote de proteínas cuando realmente no es más que eso, proteína.
Y la evolución hasta convertirte en entrenador ¿cómo se produjo?
Como competidor en Venezuela gané varios campeonatos como junior y decidí que me gustaría profesionalizarlo y estudiarlo para ver hasta dónde podría llegar. Pensé que en España se valoraría más este deporte, pero me encontré con que todavía menos que allí. Empecé a trabajar y mi trabajo era muy físico, pero aun así sacaba tiempo para entrenar porque sabía que eso me iba repercutir positivamente, que me daba un plus. Me ayudaba mucho en general en mi vida. Poco a poco me fui dedicando de manera más profesional, trabajé también en una tienda de suplementos en la que entendí perfectamente que la gente va buscando lo fácil, los atajos. Yo les decía siempre a los clientes que cuando vean la foto de un culturista promocionando una proteína deberían saber que no está así por tomar esa proteína. La consumen, sí, pero su físico no se debe a esa proteína. Está así porque lleva una vida entera dedicándose a ello porque lleva una dieta muy específica y todo lo que hacen es algo muy enfocado a ese resultado y no se puede ni se debe aplicar en la gente normal.
En el mundial de 2021 me di cuenta de que jamás iba a ser un culturista de 120 kilos, para empezar porque no estaba dispuesto a pasar por lo que hay que pasar para conseguirlo, lo segundo es que me acababa de hacer un chequeo cardíaco y general de salud y los médicos estaban asombrados porque lo normal era encontrar en pacientes culturistas el llamado corazón de atleta, y me dijeron que en mi caso estaba todo perfecto y sano, pero me advirtieron que no me flipara, que eso no era porque yo había hecho todo bien, que había un componente hereditario enorme en ello y eso hay que cuidarlo.
Cuando decides abrir tu gimnasio, M3 Fitness Center, tenías claro entonces que no iba a ser un centro de culturistas ¿verdad?
Mi centro nace por la necesidad de impartir salud gracias al entrenamiento con pesas, para mí el objetivo no ha sido el culturismo, ni los competidores, sino el desarrollo atlético – físico de mis clientes sin poner por delante el objetivo estético. Es un lugar para gente con ganas, pero que no sabe cómo empezar y que con el tiempo ya no necesitan supervisión porque ya han aprendido cómo entrenar.
La estética es secundaria, hay que insistir…
De hecho cuando me preguntan rápido por una dieta lo primero que les digo es que no soy nutricionista, por supuesto que a raíz de mi trayectoria profesional tengo bastantes conocimientos, pero yo no soy la persona que te vaya a poner una dieta. Por ejemplo, tengo una clienta que es diabética y lleva conmigo un año y medio, nunca me he metido en el terreno de su nutrición porque no tengo experiencia como paciente de diabetes y no soy médico para llevar su dieta, pero sí que sé perfectamente que la masa muscular va a ayudarla a controlar esa diabetes y es muy importante que ella lo entienda, que los beneficios van mucho más allá de lo estético.
¿Y cuesta hacer entender los beneficios del entrenamiento de fuerza en la salud?
El entrenamiento de fuerza es lo que hay que vender porque es lo que va a conseguir conservar sus tejidos, combatir la grasa, mejorar las articulaciones, aliviar los síntomas de la artrosis,… la gente cada vez va siendo más consciente. Aquí en mi gimnasio todo pivota en torno a la fuerza, no es que no crea en la eficacia de otras cosas, pero defiendo que el beneficio global del entrenamiento de fuerza es insuperable y ya no solo es una cuestión de creencias, hay
evidencias que lo respaldan.
Hay personas que entran por la puerta preguntando si hacemos zumba y aquí no damos esas clases. Si realmente te gusta zumba y quieres zumba, apúntate a zumba porque es más importante que hagas algo que te guste y te muevas. Aun así algunas personas me dicen, ‘bueno, pero quiero probar’. En esos casos soy consciente de que tengo una oportunidad para enamorarles, para hacer que se enganchen al entrenamiento de fuerza, así que busco que esa primera experiencia sea positiva y esa es toda mi finalidad.
Yo antes entrenaba en un gimnasio de bajo coste en el que entrenaba muchísima gente, un día pregunté al encargado que cuántos socios tenían y me dijo que seiscientos, aunque muchos no iban, y menos mal porque en ese caso no sé dónde nos hubiésemos metido. Tuve claro desde el primer momento que si yo montaba algo quería al diez por ciento de esas personas para poder darles algo más de atención, para mejorar su calidad de vida real. Tengo clientes de todas las edades, casi todos por encima de los veinte años y sobre todo gente que ronda los cincuenta o sesenta. A ellos les explico que entran en una fase en la que el mantenimiento de su masa muscular es una cuestión de salud porque si no se cuida eso va en declive. Envejecer vamos a envejecer todos, pero no con la misma calidad de vida.
«El beneficio global del entrenamiento de fuerza es insuperable y ya no solo es una cuestión de creencias, hay evidencias que lo respaldan»
¿Crees que tu clientela da mucha importancia a que seas campeón del mundo de culturismo?
Yo hasta el año pasado no había puesto en mi centro ningún título mío ni nada. Cuando alguien me dice que cuántos títulos tengo les digo siempre lo mismo ¿estás aquí por mis títulos o por la manera en la que trato? Vienen porque me dicen que aprenden, porque ganan confianza y luego se sienten mejor… misión cumplida. A mis clientes les insisto en que se olviden del físico y que se centren en cómo mejora su fuerza, y para ello establezco mis propias estadísticas. Voy repitiendo diferentes test a lo largo del tiempo y así establezco un entorno en el que ir superándose, con el que vean que están mejorando y que no aparezca esa sensación de aburrimiento asociada a estar en un gimnasio levantando pesas sin más, pero eso sí hay que entender que una parte de la musculación es aburrida.
«Hay que entender que una parte de la musculación es aburrida»
¿No te parece que mucha gente que empieza abusa del trabajo aislado? Llevar mucho tiempo haciendo vida sedentaria y plantarte en un gimnasio a hacer curl de bíceps quizás no sea lo más eficiente ¿Qué opinas al respecto?
Cuando alguien empieza pregunto cuántos días va a entrenar, suelo identificar cuando un cliente le interesa venir a diario o solo tres días por semana. Cuando alguien me dice que quiere venir todos los días pero no tiene ninguna experiencia les digo que ok, pero que vengan un ratito. Si tienen bastante experiencia entonces les recomiendo que vengan tres días para entrenar las grandes zonas musculares. Para que te hagas una idea el trabajo específico de bíceps es para mí algo que considero accesorio . A la gente le insisto en trabajar los grandes grupos musculares y solamente al final alguna cosa extra.
Yo sé que mis brazos están fuertes si hago un remo o un peso
muerto pesado. Esos brazos están fuertes, otro tema es cómo se vean ¿Qué te interesa más saber qué estás fuerte, o que estás en forma, o solo parecerlo por tu aspecto? Tengo clientes que incluso antes de lanzarles a hacer un burpee les pido simplemente que bajen al suelo y se levanten como puedan, al repetirlo unas pocas veces les pregunto si se han dado cuenta de lo demandante que puede ser algo tan simple.
El entrenamiento tiene que producir un estímulo, lo que no se puede hacer es dejar de entrenar cuando empezamos a sentir dicho estímulo, hay que hacer un esfuerzo e intento que las personas entren en una dinámica en la que entiendan que ese esfuerzo les va dar muchos beneficios. Y que merecerá la pena.
