Verdolaga

La verdolaga es una planta suculenta anual que puede llegar a los 40 centímetros de altura. Aunque ya se ha naturalizado en todo el mundo, de hecho, en algunos lugares se considera maleza, la verdolaga es originaria de la India, Oriente Medio y el sur de Europa, incluida España donde precisamente se considera de manera generalizada como una mala hierba que crece de manera espontánea en los huertos. Es comestible y los griegos y los romanos la habitualmente, aunque en el caso de los romanos se asociaba a su uso medicinal más que como alimento.

Se distingue con mucha facilidad ya que tiene hojas pequeñas, carnosas y ovaladas de color verde brillante. Sus tallos y ramas son de color púrpura y tiene pequeñas flores amarillas. Suele crecer arrastrándose por el suelo. Llama la atención que dentro de la Península Ibérica, en España no se utilice mientras que en Portugal tenga bastante aceptación, especialmente preparadas en sopa.

Como alimento puede utilizarse tanto en crudo como cocinada. Las hojas tienen un ligero sabor ácido y saldado que combina muy bien en ensalada con pepinos y tomates. Cocida puede utilizarse para preparar pesto o para acompañar cualquier tipo de guisos y sopas. Su uso puede asemejarse al de las espinacas. Además, tienen en común con esta verdura su alto contenido en oxalato, una sustancia química que favorece la formación de cálculos renales, si bien no debe adoptarse más precaución que la de no abusar de su consumo en crudo.

A pesar de su escasa difusión culinaria en nuestro país hay quienes llegan a considerarla un súperalimento debido a sus numerosas propiedades. Contiene una amplia gama de vitaminas y minerales que le imprimen propiedades antibacterianas y antescorbúicas, depurativas, diuréticas y febrífugas (ayuda a bajar la fiebre). De ahí su uso medicinal desde antiguo.