Comer por aburrimiento en verano: ¿qué nos pasa y qué solución tiene?
El primer paso para evitarlo es detectar si es hambre real o emocional. Y en el caso de que sea la segunda opción tendremos que analizar qué emociones hay detrás
Nutrición
S.B
La sandía es una cucurbitácea, es decir, una planta típicamente trepadora entre las que se encuentran las calabazas. Se trata por tanto de una planta herbácea anual, trepadora o rastrera de textura áspera y flores amarillas cuyo fruto suele alcanzar más de cuatro kilos. Un fruto esférico, generalmente, y alto contenido en agua, más del 90%, con pulpa de color rojo y sabor dulce. Su nombre en español proviene del árabe ‘sindiyya’ que proviene de Sind, región de Pakistán por la que pasa el río Sindu, actualmente río Indo, desde donde les llegó a los árabes.
Se cultiva mayoritariamente en la cuenca del Mediterráneo y florece entre junio y julio, llegando a su madurez en 40 días, por lo que el verano es su temporada para el consumo. En España, se produce en toda la península, si bien Andalucía es su principal productora.
Parece que su origen está en el desierto africano del Kalahari, donde todavía crece hoy día de forma silvestre. Sin embargo, también se ha descubierto que se cultivaba en Egipto en torno al año 3.000 antes de Cristo. Desde allí se expandió por los fértiles márgenes del río Nilo y de ahí a los países costeros mediterráneos de Italia, Grecia y España.
Con la decadencia del Imperio Romano disminuye también su cultivo hasta que los árabes lo recuperan de nuevo en España desde donde regresa al resto de Europa. Las rutas comerciales hacia el Oriente hacen que se expanda su cultivo por China, India y Japón. Además, del mismo modo que tras la llegada de Colón a América se introdujeron especies en Europa como la patata o el tomate, la sandía llegó a ese continente a través de los exploradores españoles y portugueses.
Actualmente, los principales productores de sandía del mundo siguen siendo los precursores de su cultivo en el viejo continente, es decir, España, Italia y Grecia, pero también otros más tardíos, como China, Japón y Turquía.
Es una excelente fuente de agua y de fibra ya que en su composición tiene casi un 95% de agua por lo que 100 gramos de sandía contienen solo 30 calorías así como 0,4 gramos de fibra.
Es rica en potasio y en magnesio así como en vitamina A y en ácido pantoténico.
Su consumo mejora la salud cardiovascular ya que promueve el metabolismo de argnina y citrulina.
Es rica en licopeno y vitaminas que mejoran la salud cardiovascular.
Tiene poder antioxidante.
Alivia la fatiga muscular y favorece la relajación.
Su contenido en potasio refuerza el aparato muscular y el sistema nervioso.
Muy hidratante.
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