Piñones

El piñón del pino piñonero (el árbol cuyo nombre científico es Pinus pinea) y de otras especies de pino, es el que ingerimos como alimento. Se trata de una especie de almendra de color claro que se diferencia de esta por su sabor dulce. Presentan una cáscara de gran dureza. Si los mantenemos bien refrigerados pueden conservarse durante muchos meses, sobre todo si los envasamos con su propia cáscara. El calor y la humedad, en cambio, no benefician su conservación.

Los piñones , como cualquier otro fruto seco, son una fuente concentrada de energía buena, aportando unas 600 Kcal por cada 100 gramos que derivan sobre todo de grasas insaturadas entre las que destaca el ácido oleico y linoleico.

Son una buena fuente de proteínas vegetales y de fibra por lo que se trata de una opción saciante perfecta para tomar como snack entre horas . Además, contienen minerales y vitaminas como el potasio, magnesio , fósforo, hierro y vitamina B , así como vitamina E qué aporta una gran capacidad antioxidante .

Estas semillas son el ingrediente estrella del tradicional pesto italiano de albahaca por su capacidad mantecosa, pero lo cierto es que podemos añadir piñones a diferentes platos. Tomados en crudo son un práctico snack para llevar fácilmente al trabajo en un recipiente como aperitivo o snack de media tarde.

Los piñones protagonizan el pesto tradicional italiano de albahaca por su factor mantecoso, pero bien se pueden añadir a varios platos. Son especiales crudos y prácticos para llevar fácilmente en un recipiente. Sin embargo resultan aún más deliciosos si los tostamos ligeramente salteándolos en una sartén, ya que este proceso libera el aceite natural y potencia el aroma y sabor a nuez. De esta manera podremos incluirlos en ensaladas, cremas calientes o frías o en verduras salteadas.

No obstante, hay que tener cuidado con no quemarlos, ya que pueden pasar de marrón dorado a negro en cuestión de segundos, y podrían llegar a amargar.