Nutrición

Las diferencias entre la picota y la cereza que debes saber

Aunque se trata de la misma fruta, la picota es una variedad de la cereza y es aconsejable saber diferenciarlas

Las diferencias entre la picota y la cereza que debes saber. Adobe Stock
Melissa González

Melissa González

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Me encantan las cerezas , aunque más bien debería decir que me encantan las picotas porque son las que consumo. Hablamos de la misma fruta pero estas últimas son una variedad de las primeras, concretamente propias del Valle del Jerte (Extremadura) y de la zona de la Vera. Son Denominación de Origen Protegido y presentan características organolépticas diferentes.

Mientras que las cerezas se encuentran al final de la primavera, la maduración de la picota es más tardía, siendo esta a finales de junio. Es importante saberlo, en primer lugar, para que consumas alimento de temporada, pero también por el precio: las picotas tienen un precio mayor a las cerezas, por lo que tenlo en cuenta a la hora de comprarlas en la frutería por si te quieren vender cerezas a precio de picota.

Ya sabiendo en qué meses suelen estar disponibles, ¿cómo diferenciarlas a simple vista? Según Marta Moreno, dietista-nutricionista de Nutrición Clinic , «la picota suele ser más pequeña, con un color rojo más intenso y oscuro y tienen un hueso grande, por lo que tienen menos pulpa». Además, no tienen rabito porque este se queda en el árbol en el momento de la recolecta.

Para más inri, si nos dieran una picota y una cereza y tuviéramos que diferenciarlas, no solo el tamaño nos ayudaría, también el sabor. Explica la dietista-nutricionista Ana Colomer que el sabor de las picotas es muy dulce e intenso y está más concentrado, y también son mucho más saciantes ». La cereza, por tanto, es más ácida y menos crujiente que la picota.

Propiedades de esta fruta

Dado que las picotas son una variedad de las cerezas, no podemos hablar de diferencias en cuanto a las propiedades. Las cerezas, por lo general, presentan un alto contenido en agua como ocurre con todas las frutas (en torno al 83,7 gramos de agua según datos de la Bedca). En el caso de las picotas, al tener menos pulpa y ser más crujientes y carnosas, tienen menos agua.

A nivel nutricional es reseñable hablar de un pequeño aporte de vitamina C (8 mg por cada 100 gramos) y vitamina A (3 mg). Respecto a los minerales, contiene potasio (255 mg), calcio (16 mg), magnesio (11 mg) y fósforo (21 mg). Es una estupenda idea de merienda unas buenas cerezas junto con un yogur, además el hecho de ser tan crujientes contribuye a regular la saciedad y sentirte lleno con mayor facilidad.

Siguiendo la composición nutricional, hablamos de que las cerezas, y por tanto las picotas, son antioxidantes, nos ayudan a regular el transito intestinal gracias a su alto contenido en fibra y agua y favorecen la regulación de la contracción muscular, el ritmo cardiaco al contener bastantes miligramos de potasio y el alto contenido en hidratos de carbono simple nos puede ayudar a mantener el equilibrio hidrolítico que puede verse afectado tras vómitos o diarreas, entre otros beneficios.

El rabillo de las cerezas

Sabemos que las picotas no tienen rabillo pero, ¿nos desprendemos del de las cerezas? Aunque es lo más común, la dietista-nutricionista Ariadna Parés indica que estos se pueden aprovechar especialmente para infusiones : «Se recomiendan unos 40 gramos de tallos y 200 ml de agua para que aporten sabor, pero se puede usar menos cantidad y combinar con otros ingredientes, hierbas o especias como la menta, por ejemplo».

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