Ignacio Camacho

La anomalía final

El colapso del voto por correo es el colofón de una legislatura sin respeto por la regularidad de los procedimientos

Ignacio Camacho

Excusas de perdedor

En vez de disimular y cambiar de tercio, Sánchez está arrastrando su tropiezo con aires patéticos. Ha perdido el oremus

Ignacio Camacho

Un tipo raro

La obra de Kundera es una continua reclamación de autonomía frente a los mandarinatos culturales y la alienación política

Ignacio Camacho

El carnicero en la pescadería

El debate ha apuntillado al sanchismo. No ya ante las urnas: ahora vuelve a estar en peligro el liderazgo del partido

Ignacio Camacho

Sorpresa Feijóo

Con una mezcla de aplomo y contundencia, el líder del PP compareció con la seguridad de un presidente a la espera

Ignacio Camacho

El combate del debate

Para Sánchez es la principal oportunidad de acortar distancias y sembrar en los suyos una vaga esperanza de remontada

Ignacio Camacho

El perseguidor

El empeño de Llarena por someter a Puigdemont a un juicio justo es un ejemplo de compromiso de un servidor público

Ignacio Camacho

El programa del consorcio

Sánchez ya no formula promesas rotundas. Conoce la factura que los socios radicales le van a exigir por su ayuda

Ignacio Camacho

La última porra

El CIS es el símbolo del sanchismo entendido como una invasión de las instituciones al servicio del poder político

Ignacio Camacho

La violencia mística

En el pensamiento de la izquierda francesa y europea sigue latiendo un hechizo por la insurrección contra el sistema

Ignacio Camacho

La ley del embudo

No habrá abstención del PSOE. El no-es-no y la política de trincheras siguen siendo su única estrategia

Ignacio Camacho

Blindar la silla

Más que por una remontada milagrosa, Sánchez está peleando por sobrevivir en el partido a su propia derrota

Ignacio Camacho

Vender la moto

Al sanchismo no le acaba de funcionar la 'moto' del crecimiento económico porque el problema esencial es el piloto

Ignacio Camacho

Váyase, señora Guardiola

El respeto por su propia palabra define a un dirigente honorable. Para conculcarla sin sonrojarse ya está Pedro Sánchez

Ignacio Camacho

La red

La frase de Feijóo sobre su futura vicepresidenta estaba calculada para que pareciese, sin serlo, una promesa