Así está España

Incertidumbre y perplejidad. Es lo que siente la España de ahora mismo. Cargada de tedio, aburrida, titubeante, escéptica. De vuelta de todo y con la inocencia de quien espera una sorpresa. Llena de escrúpulos. Recelosa de la «otra parte». Sin atreverse a mirarse al espejo. Así está España, envuelta en la duda de entrar o no en el túnel negro de la historia, dispuesta a repetir todos los errores, hastiada de corrupción de todos los colores, aturdida por las soflamas catódicas de los falsos profetas del comunismo capitalista. Malhumorada por la prepotencia de quienes nunca tomaron los remos entre sus manos. Agobiada con el próximo fin de mes, con la pérdida de oportunidades. Enojada está España, atada a la puerta de su futuro, sin poder franquearla.

Ávida de soluciones, huérfana de líderes, de padres preocupados. Indigestada de demagogia y al borde la náusea por el egoísmo. Maltrecha por la vanidad de los que juzgan, por la envidia de los que roban, por la irracionalidad de los que matan. Y a pesar de todo, ahí está España, con la esperanza, cada mañana, de que todo va a mejorar.