¿Qué relación hay entre democracia y contaminación?

Un estudio relaciona la calidad institucional de los países con el estado de conservación de su medio

Un guardia de tráfico se protege de la polución en una avenida de Calcuta. Efe

A. Herranz

¿Qué tiene que ver la contaminación con la calidad democrática de un país? Pues bastante, a tenor de los resultados de un informe realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Universidad de Valencia y publicado con la colaboración del Banco de España en la revista Ecological Economics.

Bajo el título de 'Do countries with higher institutional quality transition to cleaner trade?' , este estudio analiza la relación que hay entre lo que ellos denominan "calidad institucional” de los países y su especialización en fabricar y vender productos menos contaminantes. Y las conclusiones son claras: los países más desarrollados dejan que los de “menor calidad institucional” fabriquen estos productos más contaminantes, por lo que “la mejora de la calidad de los gobiernos” a través de instituciones “más inclusivas y con una mayor participación ciudadana”, serán más proclives a cambiar su modelo productivo y modificar legislaciones más laxas con el tema de la contaminación por unas más estrictas que permiten el desarrollo sostenible de estos países.

Un cambio en la producción

Estos investigadores querían descubrir si ese “cambio institucional” de estos paraísos de contaminación (lugares donde los países deslocalizan sus actividades económicas más contaminantes) podría conllevar que dichas naciones modifiquen su estrategia comercial, dejando a un lado la fabricación de estos productos contaminantes para especializarse en otros con menos impacto.

Para realizar este estudio, los investigadores han seguido un análisis fundamentado en dos etapas. En primer lugar, “se ha elaborado una base de datos de flujos comerciales (ente los años 2002 y 2018) de productos considerados como potencialmente contaminantes por una serie de organismos internacionales. En segundo lugar, bajo una metodología cuantitativa se ha realizado un análisis causal acerca de la relación existente entre el comercio y la calidad institucional, junto con otras variables importantes desde el punto de vista de política económica, para una muestra de 140 países”, según las explicaciones facilitadas.

Para medir la calidad democrática, los investigadores se han basado en los Worldwide Governance Indicators elaborados por el Banco Mundial, que miden seis parámetros de los gobiernos de los países (voz y responsabilidad, wstabilidad política y ausencia de violencia/terrorismo, eficacia del gobierno, calidad regulatoria, estado de derecho y control de la corrupción).

Una cuestión comercial

Los resultados del estudio sugieren que a “mayores niveles de calidad institucional” (es decir, a mayor calidad democrática de los países), menos productos contaminantes se comercian. Por eso, según los autores, la mejora en los niveles de calidad institucional puede convertirse en un estímulo de los países hacia una especialización comercial de productos más limpios.

Incluso en aquellos países ricos en materias primas contaminantes , cuanta mayor calidad tienen en sus instituciones, más respetuosos con el impacto medioambiental resultan. Tal y como se recoge en el estudio, a tenor de los resultados cosechados “es probable que la calidad institucional esté relacionada con un cambio progresivo de la especialización comercial hacia sectores más limpios y menos contaminantes. Este resultado se mantiene incluso después de controlar la dotación de recursos naturales. A pesar de que los países ricos en recursos naturales, como el petróleo o los metales , podrían tener una ventaja comparativa en bienes más contaminante, encontramos una relación positiva, por lo que un nivel suficientemente alto de calidad institucional puede moderar esta situación y reducir, en cierta medida, las exportaciones de productos contaminantes”.

Mayor conciencia

Cabe señalar que en estos países donde se han realizado el estudio y que se consideran como paraísos de contaminación suelen estar especializados en el comercio de los productos que más impacto tienen en el medio ambiente. Algo que, a su vez, puede poner aún más difícil el poner en marcha iniciativas de desarrollo sostenible, tanto en estos momentos como de cara a futuro.

De cara a que se pueden cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los autores creen que es fundamental averiguar cómo estos lugares pueden cambiar su especialización comercial y centrarse en productos con menor impacto.

Sobre qué va antes, si el huevo o la gallina, los investigadores defienden que una mayor concienciación medioambiental en estos países que comercian con productos contaminantes “se puede llegar a conseguir mediante mejoras en la calidad de los gobiernos, para después ser capaz de llegar a aquellos agentes más reacios a implementar iniciativas más sostenibles y, por tanto, rompiendo las barreras que potencialmente dificultan su adopción”.

“Se espera que este cambio en la especialización comercial acerque a los países hacia un mayor grado de cumplimiento de los objetivos y las metas relacionadas con el desarrollo sostenible, evitando así la posible formación de paraísos de contaminación”, destacan los autores, que defienden que los resultados de su análisis pueden constituir una herramienta importante de cara a lograr cambios productivos más sostenibles e inclusivos.

Según los autores del informe, el análisis identifica la voz y la rendición de cuentas, la estabilidad política y la ausencia de violencia, y el Estado de la ley como aquellos parámetros de la calidad institucional que son claves para la reducción del comercio contaminante.

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