Los polos fueron una de las zonas con más aumento de calor en 2022

La región se calienta cuatro veces más rápido que el resto del planeta y cumple el quinto año consecutivo con pérdida de superficie helada

Plataforma de hielo Getz en la Antártida. Nasa/GSFC/OIB

José A. González

Olas de calor extremas, incendios devastadores, inundaciones y sequías en varios puntos del planeta. Este es el resumen de 2022. «Nuestros datos revelan otro año de extremos climáticos», señala el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), que lo sitúa como el quinto ejercicio más cálido desde que hay datos . Un registro alarmante, pero que es más preocupante al mirar la serie histórica: «Los últimos ocho años han sido los más cálidos anotados», alerta el C3S. De hecho, en algunos puntos del globo han sido «de récord» como, por ejemplo, Europa o la Antártida.

Los datos mundiales revelan nuevamente que el planeta volvió a calentarse, aunque esta vez 'solo' fueron tres décimas por encima del periodo de referencia de 1991-2020, «eso equivale a aproximadamente 1,2°C por encima del período 1850-1900», recalca Copernicus, a tan sólo 0,3ºC de lo pactado en el Acuerdo de París de la COP21 de 2015. Sin embargo, esa cifra quedó borrada en Siberia y el Océano Antártico que acabaron 2022 con más de 2°C por encima del promedio de referencia de 1991-2020.

Una anomalía que empieza a convertirse en normalidad en el extremo más helado de la Tierra. «El pasado año se aceleró el deshielo en los casquetes polares», destaca el Arctic Report Card de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera (NOAA). «Esta región se está calentando cuatro veces más rápido que el conjunto del planeta». advierte el texto.

La red de satélites de Copernicus, un total de seis, revela que el Ártico ha perdido ya el 40% del hielo que tenía hace 44 años, mientras que la Antártida «presenta su mínima cobertura de hielo desde que hay registros». Las olas de calor extremas no han sido exclusivas de latitudes medias, sino también se han registrado en los polos terrestres.

«El pasado año se aceleró el deshielo en los casquetes polares»

Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera (NOAA)

A finales de su verano, el hemisferio sur marcó un nuevo hito histórico. Los termómetros de la Antártida se dispararon por culpa de una ola de calor tropical que provocó que varias estaciones en la Antártida registraran temperaturas 40ºC superiores a las habituales mientras que en el Ártico , la anomalía térmica fue de 30ºC por encima de la media.

Un «río atmosférico», así lo denominaron los meteorólogos, llevó la lluvia a partes de la Antártida Oriental y elevó el mercurio a los -12,2ºC, 40ºC por encima de lo normal, en la estación Concordia. El mismo día, las temperaturas alcanzaron los 0ºC en la estación Vostok, superando su récord histórico en 65 años de mediciones.

Todo ello provocó que la fusión de la capa helada de los polos se acelerara . Las imágenes revelan una cantidad de hielo significativamente inferior a la normal. En concreto, la extensión del hielo marino era un 30% inferior a la media del período de referencia de tres décadas 1981-2010. Por quinto año consecutivo, la Antártida perdió superficie helada. Un cambio de tendencia que se dio en 2017, hasta entonces, desde finales de los 70, este polo ganaba un 1% de extensión cada ejercicio.

Promedio de la concentración de hielo marino en el Ártico el 25 de febrero de 2022. Observatorio de la Tierra de la nasa

Aunque, aún no hay consenso científico para explicar este fenómeno, las últimas investigaciones apuntan a la termodinámica, congelación y fusión, como responsable del deshielo del mar produciendo anomalías en el transporte de calor hacia el polo en los mares de Bellingshausen/Amundsen, el océano Pacífico occidental y el mar de Weddell oriental, en particular.

Europa, punto caliente

El calor inusitado en las regiones más alejadas del ecuador pronto se trasladaron a las latitudes medias. El final de la primavera trajo a España temperaturas extremas con la ola de calor más temprana de la historia. Un aviso de lo que estaba por llegar. «Europa vivió el verano más caluroso jamás registrado», certifica el C3S. «2022 fue otro año de extremos climáticos en Europa y en todo el mundo. Estos eventos demuestran que ya estamos experimentando las devastadoras consecuencias del calentamiento global», añade Samantha Burgess, directora adjunta del Servicio de Cambio Climático de Copernicus.

El Viejo Continente cerró el 2022 con el segundo año más cálido de todo su registro histórico, «aunque para gran parte del oeste de Europa ha sido el más caluroso desde 1950». Entre ellos España que vivió, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), como el ejercicio más caliente y seco «desde que hay registros ».

«Europa vivió el verano más caluroso jamás registrado»

Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S)

Las mediciones de los satélites comunitarios han recopilado datos desde los años 50 del S.XX, aunque hay registros desde 1880 bajo otros sistemas y la conclusión es contundente: «no hay dato similar». «Ha sido el verano más cálido con un amplio margen de diferencia con el segundo», advierten los investigadores de Copernicus.

Al periodo estival le siguió un otoño también anómalo, con un 1ºC por encima de lo normal, y un invierno entre los diez más calurosos. «Solo las temperaturas primaverales en su conjunto estuvieron por debajo del promedio 1991-2020».

Pero, estas anomalías no son exclusivas del continente europeo. América y Asia anotaron cifras por encima de lo normal. Es el caso de India y Pakistán cuyos registros meteorológicos recogen olas de calor en primavera que dispararon el mercurio de los termómetros hasta los 50ºC. Como consecuencia, en los meses de verano Pakistán vivió 20 días de lluvias torrenciales y «al menos un tercio del país está bajo las aguas», aseguró a finales del mes de agosto el ministro de cambio climático del país. Más de 1.500 personas muertas y más de 33 millones de personas afectadas por este episodio de inundaciones extremas.

El metano se dispara

Junto con el control de temperatura y monitorización de la atmósfera, el C3S de Copernicus también 'vigila' las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). «Continuaron aumentando», advierte el informe anual. Los datos reflejan que el CO2 y el metano expulsado al cielo «registró datos históricos», señalan los investigadores.

En el caso de ambos gases, se trata de las concentraciones más elevadas registradas por satélite y los niveles más altos desde hace más de 2 millones de años para el dióxido de carbono y más de 800.000 años para el metano.

«Los gases de efecto invernadero son los principales impulsores del cambio climático. Nuestras actividades de vigilancia nos muestran que las concentraciones atmosféricas siguen aumentando sin signos de ralentización», denuncia Vincent-Henri Peuch, director del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus.

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