Diez Parques Nacionales de España que nos dejan boquiabiertos

Rutas por paisajes de excepción donde descubrir la amplia y variada flora y fauna de España

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  1. Parque Nacional de Aigüestortes

    Aire puro, naturaleza y belleza. Si lo que nos gusta es perdernos entre árboles y tranquilidad, en España tenemos los destinos ideales para hacerlo. Lagos glaciares, desfiladeros de infarto, humedales visitados por las aves de toda Europa e islas que han permanecido intactas a la mano del hombre, son algunas de las sorpresas que nos esperan si nos aventuramos a conocer nuestros Parques Nacionales. En la siguiente lista proponemos algunos de ellos, los que nos dejarán sencillamente boquiabiertos.

    Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio (Lérida)

    Situado al norte de la provincia de Lérida, este parque se caracteriza por tener un sinfín de lagos, más de 200, entre los que destaca especialmente el de Sant Maurici, de origen glacial y situado a 1.900 metros de altitud. Debemos tener en cuenta que en coche particular solo podremos llegar hasta la entrada del parque, a través de los municipios de Boí o Espot, para circular dentro de él tendremos que tomar un taxi 4x4 o practicar la sana costumbre de caminar. Todo esfuerzo valdrá la pena porque en este parque, además de lagos, encontraremos unos impresionantes riscos, conocidos como Els Encantats, que hacen de éste uno de los paisajes más hermosos de Cataluña. Los más valientes pueden atreverse a descubrirlo haciendo la conocida ruta Carros de Foc, que conecta todos los refugios de montaña de la zona.

    Fuente: Guía Repsol

  2. Archipiélago de Cabrera - Palma de Mallorca (Islas Baleares)

    A poco más de una hora de navegación desde el sur de Mallorca se encuentra el Archipiélago de Cabrera, formado por una isla principal, Cabrera Gran, y hasta 18 pequeños islotes. Se trata del mejor ejemplo que hay en España de un ecosistema insular no alterado por la mano del hombre, lo que nos permite hacernos una idea de su belleza. En el parque encontramos importantes colonias de aves marinas, especies endémicas y uno de los mejores fondos marinos del litoral español, motivo por el cual el acceso de embarcaciones turísticas a la zona está restringido, de hecho, si queremos utilizar nuestro barco particular debemos pedir una autorización especial. Es un placer pasear por este parque sin prisa, dejándonos sorprender por acantilados, calas, cuevas y playas de arena blanca que aparecen ante nosotros haciéndonos sentir en un paraíso de naturaleza virgen.

    Fuente: Guía Repsol

  3. Cabañeros - Ciudad Real y Toledo (Castilla-La Mancha)

    Situado en el centro de la Península Ibérica, Cabañeros es uno de los rincones protegidos más valiosos de los Montes de Toledo, rodeado de fauna ibérica amenazada y con fósiles de más de 500 millones de años de antigüedad. Pese a haber estado a punto de convertirse en campo de tiro, sus sierras y macizos cubiertos de bosque y matorral mediterráneo dan cobijo hoy a gran variedad de aves y mamíferos entre los que destaca el águila imperial ibérica, el buitre negro, el corzo o el jabalí. La mano del hombre ha perfilado aquí un curioso paisaje de llanuras, antiguas dehesas aclaradas para el cultivo de cereales, junto a grandes formaciones montañosas completamente cubiertas de bosque y matorral perfectamente conservados. Una de las curiosidades que no podemos perdernos es ver las cabañas de carboneros y pastores que dan nombre al parque y que todavía se conservan.

    Fuente: Guía Repsol

  4. Doñana - Huelva y Sevilla (Andalucía)

    Al suroeste de la Península Ibérica, Doñana es un mosaico de ecosistemas que albergan una biodiversidad única en Europa. Aunque a primera vista percibimos una inmensa llanura, a medida que recorremos el parque aparecen ante nosotros marismas, lagunas, pinares, dunas, playas y acantilados espectaculares. Si hay un elemento destacado en el territorio es la gran marisma que se convierte en lugar de paso, cría e invernada para miles de aves, europeas y africanas. La zona además, sirve de refugio de animales en grave peligro de extinción como el águila imperial ibérica y el lince ibérico. Para descubrir el territorio, podemos optar por seguir alguna de las muchas vías de destinadas al senderismo y el cicloturismo, así como optar, los más aventureros, por las rutas organizadas en 4x4 o a caballo.

    Fuente: Guía Repsol

  5. Islas Atlánticas de Galicia (Galicia)

    Desde la ría de Arousa hasta la de Vigo se encadenan estas islas, único Parque Nacional de Galicia, que con sus vertiginosos acantilados embellecen todavía más el paisaje atlántico. Matorrales, dunas, playas y fondos marinos de riqueza excepcional conforman este paraje único custodiado por los cañones de los antiguos buques hundidos en sus aguas. Sin duda alguna, el enclave más bello y conocido de este parque son las Islas Cíes, un oasis de naturaleza en el que encontramos playas espectaculares como la de Rodas, considerada una de las mejores del mundo. Es importante tener en cuenta que, dado que se trata de una zona protegida, tanto para bucear como para acampar en todo el territorio del parque es necesario pedir un permiso previo.

    Fuente: Guía Repsol

  6. Monfragüe - Cáceres (Extremadura)

    En plena provincia de Cáceres nos encontramos con el primer espacio natural protegido de Extremadura, Monfragüe, que representa uno de los enclaves más extensos de bosque y matorral mediterráneo. Se trata de un refugio único para todo tipo de aves, algunas de ellas en peligro de extinción, por lo que debemos caminar con los ojos bien abiertos por si a lo largo de nuestro recorrido nos sobrevuelan ejemplares como el águila imperial ibérica, el buitre leonado o la cigüeña negra. En su paisaje encontraremos dehesas de alcornoques y encinas alternadas con zonas de madroños, brezos, sauces, fresnos, todo ello regado por el excepcional Tajo. Otro de los alicientes de este parque es su ubicación, ya que en sus alrededores encontramos algunos de los pueblos y ciudades con más encanto de Extremadura, como Cáceres, Plasencia y Trujillo.

    Fuente: Guía Repsol

  7. Ordesa y Monte Perdido - Huesca (Aragón)

    Al norte de la Península Ibérica, enclavado en el centro de la cordillera pirenaica, entre los municipios de Torla y Bielsa, se encuentra este paraje de grandes contrastes. La extrema aridez de las zonas altas, donde el agua de lluvia y deshielo se filtra por grietas y sumideros, contrasta con los verdes valles cubiertos por bosques y prados, donde el agua forma cascadas como la de Cola de Caballo o escaleras naturales como las Gradas de Soaso. El horizonte del parque está marcado por su impresionante Monte Perdido, el macizo calcáreo más alto de Europa, con más de 3.300 metros de altura. En este enclave conviven cerca de 1.400 especies vegetales, como hayedos, abedules, pinos y tinos, y entre su fauna destacan nombres como el quebrantahuesos, el urogallo o el buitre leonado.

    Fuente: Guía Repsol

  8. Picos de Europa (Cantabria, Asturias y León)

    Enclavado en la Cordillera Cantábrica, entre Asturias, León y Cantabria, los Picos de Europa representan los ecosistemas ligados al bosque atlántico, con paisajes moldeados por la erosión glaciar y en los que la presencia de lagos es muy abundante. Los más significativos son, sin duda alguna, los de Enol y Ercina, conocidos como lagos de Covadonga. Entre los paisajes que más nos impactaran en este enclave se encuentra también el desfiladero del Cares, al que se ha llegado a llamar la Garganta Divina. También es impresionante el Naranjo del Bulnes o Urriellu, con un pico de más de 2.500 metros. La fauna de la zona es especialmente rica, con algunas especies que nos dejarán boquiabiertos si conseguimos verlas, como los corzos, los lobos o el oso pardo.

    Fuente: Guía Repsol

  9. Tablas de Daimiel - Ciudad Real (Castilla-La Mancha)

    El Parque está en pleno centro de La Mancha, y es el último representante de un ecosistema denominado tablas fluviales, que se formaron por los desbordamientos de los ríos Guadiana y Gigüela al confluir, favorecidos por la escasa pendiente del terreno. La belleza de este lugar reside en parte en la gran fauna que se cobija entre sus aguas, como las garzas imperiales, las cigüeñelas reales, los patos cuchara o las nutrias. La zona se puede recorrer por libre, siguiendo uno de los tres itinerarios propuestos por la dirección del parque, o bien de forma guiada. Tenemos a nuestra disposición hasta cinco tipos de visitas diferentes, especiales para familias, grupos o escolares, e incluyendo rutas por senderos a pie o en 4x4. También existen propuestas específicas para la observación de aves con un monitor, totalmente recomendables para quienes quieran iniciarse en el mundo de la ornitología.

    Fuente: Guía Repsol

  10. Garajonay - La Gomera (Islas Canarias)

    Roque de Agando, en el Parque Nacional de Garajonay.
    Roque de Agando, en el Parque Nacional de Garajonay. - DIEGO DELSO

    De los cuatro impresionantes Parques Nacionales que existen en las Canarias, Garajonay (en la isla de La Gomera) destaca por su singularidad. La niebla procedente del océano cae sobre sus bosques dándoles una constante humedad que les hace parecer una auténtica selva, como salidos de una película de ciencia ficción. Este ecosistema es conocido como laurisilva y tiene un gran valor ecológico ya que, aunque en el Terciario ocupaba gran parte de Europa, ahora está prácticamente desaparecido. Al caminar por este parque, estamos haciendo un viaje al pasado de miles de años. Los valles donde encontramos estos bosques, de verdes casi fluorescentes, se mezclan con unos inmensos salientes de roca, los denominados Roques, que se convierten en auténticas sorpresas a lo largo del camino. Puro espectáculo de naturaleza.

    Fuente: Guía Repsol

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