Captura de pantalla de la red ethreum
Captura de pantalla de la red ethreum - Ethereum

Ether, la criptomoneda que puede desbancar al bitcoin

Ethereum es una plataforma que está revolucionando el sistema de operaciones monetarias actual gracias al programa Smart Contract con transferencias inteligentes

Madrid Actualizado: Guardar
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El bitcoin parecía ser la única criptomoneda y la que ocupaba la mayor parte del mercado digital, pero otra divisa virtual amenaza con desbancar al medio de pago descentralizado: Ether y su plataforma Ethereum.

El bitcoin creado en 2009 por Satoshi Nakamoto, un alias del que aún se desconoce la identidad real, tenía la funcionalidad de ser un intercambiador de valor digital que no dependiera de una entidad central de emisión de capital como el Banco de España. Dichas operaciones se realizan bajo la premisa del anonimato, donde los emisores y receptores se desconocen.

Bajo esa desintermediación nació un sistema de transferencias llamada blockchain o cadena de bloques. Su misión es la de funcionar como un sistema de operaciones en lugar de estar gestionada por un banco que apunta las transferencias.

La premisa es que el acto notarial lo realizan numerosos servidores o nodos. Este sistema, según los expertos, aporta a las transferencias una mayor seguridad y confidencialidad, porque se guarda en un gran libro de operaciones desde que tuvo lugar la primera operación.

El ether le pisa los talones al bitcoin

A pesar de que el inventor del bitcoin sigue siendo un misterio pese a las especulaciones de que podría ser un desarrollador llamado Craig Wright, el inventor de Ether tiene nombre y apellido, el programador y escritor ruso Vitalik Buterin. Este ingeniero de apenas 23 años ha creado una criptomoneda que en el último año ha subido su valor en bolsa alrededor de un 1.200%. A diferencia del resto de criptomonedas, el ether está asociado a una única plataforma (Ethereum) y únicamente puede ser utilizado dentro de la misma. El software permite desarrollar aplicaciones descentralizadas («dapps») que, según la asociación que lo regula, Ethereum Foundation, operan exactamente tal y como se programan, sin posibilidad de interrupciones, censura, fraude o interferencia de terceros.

Ether se lanzó al mercado de las criptomonedas en 2015, pero en su lanzamiento hubo una serie de problemas que generaron dos corrientes dentro de la plataforma. Cuando se desplegó en la cadena de bloques la funcionalidad de «smart contract» -contratos inteligentes-, un programa con diversas funcionalidades pero en este caso pensado para que los que invirtieran pudieran recuperar sus ganancias, un usuario vio un fallo y robó todo el dinero virtual. Tras un paréntesis, se generó la corriente de centralizar el desarrollo de Ethereum en un número más reducido de desarrolladores, al contrario que bitcoin pues se conocía al creador, mientras que otros siguieron por la línea de que no había que tener en cuenta esa cuantiosa pérdida de muchos inversores.

El auge de Ethereum se debe a las numerosas aplicaciones que se pueden realizar a través de una máquina virtual llamada Ethereum Virtual Machine (EVM), principalmente el software de contratos inteligentes. En ese programa se establecen unas reglas incorruptibles que se llevan acabo como la propia ley del software, donde si una persona que realiza una

«A nivel de liquidez, bitcoin tiene muchas más capitalización a día de hoy, al margen de que pagas menos comisiones»
Víctor Escudero , consultor

transferencia, por ejemplo para pagar una matrícula universitaria, el programa no te dejará emplear ese dinero para un pago distinto. Bitcoin fue desarrollado para evitar fallos con la tecnología de la época, por ello está limitado a la hora de ir más allá de las transferencias. «Si quieren transferir solo valor, para esa función bitcoin es más seguro, pero más lento. A nivel de liquidez, bitcoin tiene muchas más capitalización a día de hoy, al margen de que pagas menos comisiones», indica Víctor Escudero a ABC, consultor de ciberseguridad en Necsia.

Detrás de las criptomonedas hay todo un lenguaje de programación, ello ha hecho que las posibles aplicaciones detrás de Ethereum estén revolucionado el mercado digital y atrayendo múltiples inversiones, por ello que numerosas empresas españolas se hayan apuntado a formar el primer Consorcio de Blockchain en España. Pero el ether ha ido más allá de ser una moneda virtual, es todo un lenguaje de programación con infinitas posibilidades: transferencias inteligentes, smart contracts, sistemas de «crowdfunding», transparencia institucional y de ONGs o el voto temático. Ethreum carece de límites a diferencia de bitcoin, no existe el tope de 21 millones.

Así que el 1 de enero de este año un Ether costase alrededor de ocho dólares y ahora tenga un valor de aproximadamente 260 dólares. La volatilidad de la bolsa de las criptomonedas hace a los inversores estar muy presentes en el mercado de compra-venta, pero el interés que genera no proviene por su valor en bolsa, sino por los usos de la programación ejecutados en «smart contract».

El interés no reside en Ether, sino en el «smart contract» desplegado en la cadena de bloques de Ethereum. Aquellos que compran Ether, se ven obligado a efectuar dicha adquisición porque son necesarios para ejecutar el programa, «se utilizan como combustible para el pago por uso», señala Escudero.

Una burbuja a punto de estallar

La especulación que rodea Ethereum viene de la mano de numerosas empresas que salen cada día a la bolsa digital sin regularización ninguna. Dichas «startups» no siguen requisitos ni auditación, antes de su salida se genera una expectación entre los inversores a través de anuncios por Telegram, WhatsApp, Facebook, Linkedin y otras redes para que se invierta en ellas, mediante las cuales cada día llegan una media de siete mensajes.

Para invertir se compra una ficha digital llamada Token, que funciona como las acciones de la bolsa. Sin embargo, se genera mayor especulación alrededor de la venta posterior de ese Token por un precio mayor, que por la empresa en sí. El problema con estas ICOS es que carecen de un modelo de negocio estructurado y muy pocas saldrán adelante.

Por ende, el riesgo que rodea a las inversiones en Token son muy altos. «Las ICOS están saliendo todos los días», advierte Escudero, lo que está provocando que las transferencias en Ethereum estén tardando mucho en ocasiones, con la premisa de que «en un plazo indeterminado podría estallar la burbuja», añade este experto. El rumbo de estas inversiones podría desencadenar su regularización, lo que haría de las aplicaciones descentralizadas de las criptomonedas un fracaso. Con la carencia de sostenibilidad, solo se puede esperar que tras el estallido de la burbuja, haya un ecosistema saludable.

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