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Blockchain, más allá de la economía digital

La «cadena de bloques», tecnología base para la red Bitcoin, puede tener diversas otras funcionalidades adicionales al margen de la monetaria, ya que puede ser pilar fundamental para la distribución eficiente de los recursos energéticos, el transporte o la distribución de contenidos

Madrid Actualizado: Guardar
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Las transferencias en internet pueden dar un cambio radical gracias a la tecnología Blockchain en un futuro. Esta incipiente y vanguardista tecnología, llamada «cadena de bloques», nació como un sistema de operaciones sin intermediación bancaria. Es la base sobre la que se sostiene la red de Bitcoin y las monedas virtuales. Ha cautivado no solo a entidades bancarias, sino que ha empezado a trasladarse a otras áreas como el ámbito legal, el sanitario (como base para compartir expedientes médicos de forma internacional), el del comercio electrónico (al facilitar la compra y venta de productos), la transparencia institucional o, incluso, el transporte, o el «Internet de las Cosas» (al facilitar la interacción entre máquinas o el coche conectado).

La «cadena de bloques» funciona como un sistema notarial para realizar transferencia con criptomonedas como bitcoin o Ethereum.

Al igual que una operación con un banco, la entidad la apunta en un libro de anotaciones, pero con esta tecnología el registro de transferencias no lo tiene la banca, sino miles de personas. Las operaciones de todas las personas se van actualizando y esos registros también se van guardando en un gran libro de anotaciones contables donde se desconoce el emisor y el receptor de dicho pago. Es un sistema totalmente descentralizado que ofrece un gran umbral de seguridad a las transacciones, ya que un si un ciberdelincuente quisiera acceder tendría que acceder a todos los servidores (o nodos).

Detrás de las criptomonedas hay todo un lenguaje de programación que se puede ejecutar para otros ámbitos. Mientras que bitcoin no tiene esta capacidad porque el misterioroso creador del bitcoin Satoshi Nakamoto, no quiso desarrollar un sistema con errores pero vio venir las implicaciones que podrían tener, otras criptomonedas que llegaron después como Ethereum sí tienen detrás un lenguaje pensado para abarcar más aspectos.

Y la transparencia institucional podría ser una de ellas. Si una persona realiza un donativo con criptomonedas a una ONG, se puede dar la funcionalidad al sistema de que esa operación tiene que ir destinada a la campaña para la que ha donado, si la institución deriva ese pago a algo diferente, el sistema no le dejará. Además, el público sería consciente de lo movimientos de esas transferencias inteligentes y donde han ido a parar, si dicha organización mantiene la cuenta pública. Este tipo de programación también se podría aplicar a las instituciones gubernamentales de un país, si el pago es en criptomonedas.

Las transferencias bancarias basadas en una tecnología Blockchain también pueden llegar a beneficiar a los clientes. Según apunta Alicia Pertusa, responsable de Transformación Digital en Banca de Inversión de BBVA, «una transferencia entre dos países que actualmente tarda hasta cuatro días, se ejecutará en segundos».

Los contratos inteligentes

Con esa misma capacidad de cruzar una serie de condiciones, también se puede desarrollar un servicio inteligente entre una empresa y un cliente. Los «smart contracts» o «contratos inteligentes» ya existen en cierta manera, pero apoyados en una cadena de bloques tienen utilidades multidisciplinares. Funciona como un programa, diseñado para ejecutar determinadas acciones si se cumple los requisitos marcados. De ahí que hayan ejemplos que han comenzado a aplicarse a negocios, como es el caso del despacho especializado en derecho tecnológico Abanlex. Lo utiliza como un sistema de «crowdfunding» (micromecenazgo) para pagar las costas de juicios de personas que no se lo pueden permitir a través de donaciones anónimas con criptomonedas.

«Cuando se llega a la recaudación fijada, pasa automáticamente a la cuenta del demandante. Una de las funciones del programa es el envío de dinero, que al llegar al objetivo se le envía una notificación al smart contract y el programa se ejecuta», indica a ABC el abogado especializado en monedas virtuales en Abanlex, Pablo Burgueño. Asimismo, si no se ha llegado a la cuota necesaria o se ha pasado el plazo, el dinero vuelve automáticamente a los monederos de los donantes.

El programa «Smart Contract» recoge el testigo de una nueva filosofía; no es lo mismo que un contrato inteligente que se puede encontrar fuera del ámbito Blockchain para actualizar, por ejemplo, las cláusulas acordes a la legislación vigente. Pero los desarrolladores que desplegaron el programa en la cadena de bloques Ethereum hace unos años le dieron ese nombre. El sistema funciona con su propia norma, confeccionada por informáticos y vive en internet.

Funciona como un condicional matemático, a lo cual «esas reglas planteadas son incorruptibles, no se puede cometer un fraude.

La transferencia que envías para hacer un pago, «cualquier uso diferente que quieras hacer no te va a dejar»
Víctor Escudero , consultor

Es dinero programable, pero ese dinero que yo envío tiene una condición que cualquier uso diferente que quieras hacer no te va a dejar», como señala Víctor Escudero, consultor de seguridad informática en Necsia. Lo que abre la puerta a un mayor control del fraude por parte de las autoridades, además de un posible efecto contagio de la transparencia si ciertas entidades utilizan este sistema y otras quieren pertenecer a la misma corriente.

Riesgos de especulación

Otra de las áreas que está dando mucho de qué hablar y que funciona bajo una tecnología Blockchain son la creación de proyectos. Es decir, es útil para concretar y planificar ideas con perspectiva de fundar una empresa. Ya hay algunas personas que lo ponen en práctica cuando quieren desarrollar una actividad o un producto y desean sacarlo adelante porque necesitan financiación. Al igual que en un sistema de «crowfunding», los interesados invierten pequeñas cantidades de dinero.

A cambio, reciben un «token» (un identificador o ficha digital), con el que pueden utilizarlo en el momento en el que esa nueva sociedad mercantil se haya formado para que repartir beneficios. Sin embargo, se ha producido alrededor de esos identificadores un mercado especulativo que ha generado que la venta de los token discurra a precios astronómicos.

Este tipo de empresas virtuales, llamadas DAO, se construyen de una forma poco convencional: no tienen jefes, carecen de empleados y funcionan en base a la cadena de bloques. Hay varios ejemplos. Bancor anunció una apertura de oferta de «tokens» inteligentes valorado en casi 147 millones de dólares (131 millones de euros) antes de su fundación.

La economía digital está avanzando mucho más rápido que el ámbito jurídico, por eso hay una falta de ley que pongan límites o procesos muy lentos para regularizar un dinero que has ganado en esa especulación del mercado digital. Alberto Gómez Toribio, director de Blockchain en Grupo Barrabes, explica a ABC que se está «tratando de trasladar este comportamiento y esas ventajas que están ocurriendo en el entorno de las criptomonedas al mercado tradicional, al mercado regulado».

Los token dentro de redes públicas Blockchain como bitcoin o Ethereum son imprescindibles para «el mantenimiento de la red como incentivación a la validación de bloques, sin embargo en redes privadas, como las muchas que se están probando en la industria financiera, no es necesario el uso de tokens», añade Alicia Pertusa.

Múltiples fines

La seguridad de la «cadena de bloques» también se puede extrapolar a ciberseguridad de la web, pues «si sabes dónde está el dinero y está centralizado, sabes dónde atacar. Sin embargo, con el empleo de Blockchain es como entrar en 25.000 oficinas de todo el mundo, pero para llevarte la cantidad de una sola oficina» indica por su parte Víctor Escudero, a lo que también añade que ese ataque puede ser indirecto si los atacantes se dirigen a por autoridades de confianza que emiten certificados de que una página web es segura, y se generan uno en una página web falsa de un banco.

Esta tecnología de almacenamiento y transmisión de datos es una tendencia que se está convirtiendo «en la corriente principal» en aplicaciones financieras y que, según asegura el fundador de Bitcoin Foundation, Jon Matonis, será utilizada «a larga escala» en el sector en 2020. «En el futuro, el dinero fluirá a través de 'blockchain'», coincide el nuevo director para España de Circle, José María Cobian, al igual que otros expertos reunidos en Moneyconf, evento sobre el futuro de la banca y las finanzas celebrado recientemente en Madrid. De hecho, los expertos creen que la «cadena de bloques» cambiará «la mentalidad» del sector al facilitar las transacciones, en opinión de varios analistas, y «mejorará» el sistema financiero al provocar que sea «totalmente diferente, construido sobre internet».

Al margen del ámbito de las finanzas, esta tecnología también puede tener utilidad en el voto electrónico. En países democráticos con un sistema de voto fidedigno tal vez no sería necesario, pero sí en lugares cuyos resultados electorales dieran lugar a dudas sobre su veracidad. El sistema estaría programado para determinar que solo pueden votar mayores de edad nacionales, además de auditar el recuento de votos sin que se pueda modificar.

Otro de los sectores que puede beneficiarse del uso de esta tecnología disruptora es el de la energía. Según recoge un reciente informe la consultora PwC, ofrece una serie de facilidades para obtener y gestionar electricidad o combustible. Dado que puede emplearse para reducir el fraude o error, se lograría confeccionar una distribución eficiente de los recursos energéticos y hacer una comparación a través de la monitorización, además de ahorrar coste a través de una base de datos distribuida. Además, los citados «smart contract» pueden emplearse para repartir beneficios entre los copropietarios.

La cadena de bloques puede llegar a tener múltiples implicaciones en diferentes sectores, así lo indica Pertusa a ABC, ya que a diario observan «innumerables ejemplos del interés por esta tecnología como la trazabilidad en la cadena de suministro y montaje, en la industrias de alimentación y distribución, en seguros o en farmacéuticas».

No obstante, Blockchain no se puede aplicar a todo, pues las operaciones muy grandes a tiempo real siguen siendo lentas. Una cadena de bloques está distribuida a lo largo de todo el mundo y tarda tiempo en procesar, porque los servidores almacenan todas las operaciones realizadas desde 2009. Estas aplicaciones aún están por desarrollar, pero sus usos en el área financiera son más cercanos porque ya se han hecho pruebas. «Las lagunas de seguridad se evitan mientras los usos se prueban», indica Escudero, al tiempo que se muestra tajante en que algo inmaduro «podría generar errores».

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