RGPD

¿Se acabó el todo gratis en internet? Un modelo de negocio abocado a redefinirse con el RGPD

El caso de Cambridge Analytica que ha cuestionado la confianza de Facebook ha sido «la gota que ha colmado el vaso» en cuanto a infracciones a los derechos de privacidad de los usuarios

Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, durante una intervención ARCHIVO

Amaya Quincoces Riesco (EFE)

El tradicional modelo de todo gratis en internet a cambio de nuestros datos está abocado a redefinirse con la inminente entrada en vigor de un nuevo reglamento en Europa que está provocando ya toda una cadena de actualizaciones de las políticas de privacidad de las grandes plataformas tecnológicas.

Dos frentes se abalanzan en estos momentos uno contra el otro: por un lado, un planteamiento empresarial «con pingües beneficios», y por otro, una normativa que avanza «armada hasta los dientes» en Europa « para combatir directamente» un modelo de negocio «basado en el tratamiento masivo e indiscriminado de datos personales » a cambio de una supuesta gratuidad del servicio, advierte a Efe el abogado experto en derecho digital Víctor Salgado .

El nuevo reglamento de protección de datos de la UE, el RGPD, se aplicará plenamente a partir del 25 de mayo a cualquier operador o gran plataforma de internet independientemente de donde tenga la sede o sus servicios siempre y cuando trate datos de europeos y desarrolle actividad comercial o haga análisis de perfiles de datos de estos ciudadanos, tanto comerciales como políticos.

En los últimos días, varias de las mayores plataformas tecnológicas están informando en cadena de la actualización de sus respectivas políticas de privacidad para ajustarse a esta exigente normativa que cambia las reglas del juego de la privacidad europea aunque con un impacto mundial, y cuyo incumplimiento las expone a sanciones de hasta 20 millones de euros o el 4% de la facturación global anual de la empresa.

Tras el reciente escándalo de Facebook por la filtración de datos a los que tuvo acceso la consultora Cambridge Analytica vinculada a la campaña electoral que dio la victoria al presidente estadounidense, Donald Trump, la plataforma trabaja con especial ahínco para cumplir con el reglamento europeo , que exige la privacidad desde el diseño, y el consentimiento explícito del usuario para que una empresa pueda usar sus datos personales para fines distintos a los previstos inicialmente.

El caso de Cambridge Analytica ha sido «la gota que ha colmado el vaso» en cuanto a infracciones a los derechos de privacidad de los usuarios, asegura por su parte el abogado y consultor Borja Adsuara . Sin embargo, con normativas como el reglamento europeo, confía el experto en derecho digital, se irá llenando «poco a poco el vaso del respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos: al honor, a la intimidad, a la propia imagen, y a la protección de datos». El proceso «ya no tiene vuelta atrás», añade Adsuara.

En los últimos días, no sólo Facebook, sino que las también estadounidenses WhatsApp, YouTube o Twitter se han sumado a la cascada de actualizaciones de sus respectivas política s de privacidad para ajustarse a la nueva normativa europea. Una de las ausentes en esa corriente así como en los recientes debates de privacidad está siendo Google, «la más beneficiada históricamente con el modelo de negocio» en internet que usa precisamente los datos del usuario a cambio de una supuesta gratuidad del servicio, añade Víctor Salgado , de .

En el actual contexto de cambios normativos, WhatsApp, propiedad de Facebook, ha elevado desde los 13 años hasta los 16 la edad mínima para registrarse en Europa como usuario de su servicio de mensajería por internet, a pesar de que el reglamento europeo permite que se mantenga como hasta ahora. Los mensajes y llamadas de esta plataforma están protegidos por el cifrado de extremo a extremo para que nadie, ni siquiera WhatsApp , puede leer o escuchar las conversaciones del usuario, recuerda en una nota.

Por su parte, YouTube, de Google, con el compromiso de repetirlo trimestralmente acaba de publicar por primera vez un informe con el número de vídeos borrados entre octubre y diciembre de 2017 por considerarlos inadecuados; la cifra superó los ocho millones. Las producciones eliminadas se referían a «spam» (correo no deseado) o contenidos supuestamente inapropiados como los que incitan al odio, violencia, actos peligros o abuso infantil, entre otros.

También Twitter acaba de anunciar un mayor compromiso con la transparencia de sus usuarios al informarles sobre cómo comparte sus datos, por ejemplo con empresas socias. Ante las nuevas leyes de protección de datos en Europa, «hemos actualizado nuestra política de privacidad», asegura la plataforma en una nota.

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