Se habían pasado muchos minutos de acoso por parte del Schalek y en la primera ocasión clara para los blancos Cristiano Ronaldo cebeceó el córner al fondo de las mallas. Habían pasado mucho tiempo cuestionado por su falta de gol, apenas siete tantos en este inicio de 2015 , por eso su celebración fue intensa. El portugués no hizo su salto habitual, sino que sacó toda la rabia que llevaba dentro y hasta su compañero Coentrao tuvo que ir a calmarlo.
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