Odegaard enseña su calidad

Martin Odegaard fue solicitado desde la grada del estadio Alfredo Di Stéfano desde el principio del partido entre el Real Madrid Castilla y el Athletic (2-2), pero Zidane respetó a sus jugadores, que en una progresión excelente alcanzaron el primer puesto de su grupo de Segunda B, y dio entrada a Odegaard en el minuto 68 del encuentro. El noruego dejó el sello de su clase ante 2.790 espectadores, de los que medio centenar eran noruegos que expresaron su alegría con palmas y cánticos.

Odegaard sustituyó a Álvaro y se colocó como un delantero centro retrasado, un media punta que buscó las paredes y la penetración por el centro. El nórdico realizó buenas combinaciones. Demostró su inteligencia al esperar con el balón en sus botas para buscar los enlaces sin perder el dominio de la pelota.

Y dejó muestras de su enorme calidad en los saques de esquina y de faltas. Las roscas que envió al área fueron envíos perfectos para cabecear esos balones intencionados. Con los pases del noruego, el Castilla estuvo a punto de marcar el tercer gol por alto, pero los remates se marcharon fuera por centímetros.

Zidane le pidió más nervio en una jugada en la que no entró con carácter. Después, estuvo más activo. El equipo le permitió todos los saques a alón parado desde el lado derecho, que ejecutó con su zurda.

Lástima que no viviera una victoria que él mismo estuvo a punto de fabricar con sus centros. Burgui, excelente, rondó el tercer gol, pero el balón no entró. Para el futuro, Zidane deberá buscar esa combinación constante entre Odegaard y Burgui, un extremo izquierdo muy fino que penetra hacia el interior con la pierna derecha y no pierde la pelota. Pueden formar una pareja perfecta.