Plan con Rubén Cortada: «Madrid es una ciudad que te permite crecer en todos los sentidos»

El actor cubano asegura que pese a haber vivido en varias ciudades, jamás renunciaría a Madrid. Para él, la capital ofrece una «magia» que le gusta descubrir en silencio y soledad.

La ciudad es una vía de escape al «ruido», a los flashes y a las «tonterías que habla la gente»

J. G. Stegmann

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Rubén Cortada quiere ser un outsider. Un loser, dice él. La Real Academia Española hace justicia a nuestro rico español y ofrece para estos anglicismos alternativas como «perdedor» o «marginal». #Este actor y exmodelo cubano afincado en Madrid , confiesa que le gusta (tanto en la ficción como en la vida real) la gente que no tiene necesidad de llamar la atención, que habla cuando tiene que hablar -es decir, solo para decir algo interesante-, que escapa a las tendencias, a la moda, a lo socialmente establecido. Puede que esta concepción es la que explique su forma de vivir Madrid, su ciudad de residencia desde hace cinco años, y que lo será otros cinco años más (y los cinco siguientes), a menos que el trabajo lo lleve por nuevos destinos. Aunque su ininterrumpido trabajo en televisión parecen indicar que tendremos mucho Cortada por delante. Se hizo conocido con un irrestible (y peligroso) Faruq Ben Barek en la serie «El Príncipe» y debutó en comedia en «Olmos y Robles» , emitida por TVE.

Escoltado (literalmente) por su representante, y siguiendo paciente las indicaciones del fotógrafo, Rubén se para en el semáforo del Paseo del Prado que está en la esquina del Museo Thyssen Bornemisza . Siempre que puede se separa del grupo, y con paso parsimonioso juega con las hojas de los árboles que su metro noventa le permiten acariciar.

Parque del Retiro
Parque del Retiro- ABC

De vez en cuando parece que habla solo, que le susurra a la ciudad que lo vio crecer profesionalmente. Entra en comunión con ella, se mimetiza con sus calles y olvida el resto. Rubén Cortada quiere pasar desapercibido y transformarse en un marginal para comunicarse solo con la ciudad y el silencio. En definitiva, Rubén Cortada quiere ser un hombre desconocido en Madrid. Pero el misticismo se rompe cuando un joven lo detiene y, antes de que pueda reaccionar, se encuentra posando colgado del brazo de su fan y sonriendo para el selfie. Se muestra amable, sabe que le «toca» hacerlo, aunque preferiría mil veces pasar desapercibido y seguir en silencio, al margen de todo y de todos.

Puede que por ello el primer destino de Madrid que ha escogido como favorito sea el Museo Thyssen Bornemisza. «Es un sitio al que vengo cuando quiero estar solo», sentencia. «Organizan ciclos, van cambiando las obras del piso de abajo, así que voy haciendo un recorrido distinto cada vez que vengo con ayuda de las audioguías. Me gusta mucho el impresionismo, el arte moderno ...». Cuenta que descubrió el museo solo, caminando por la ciudad, y reitera que lo visita cuando quiere estar solo. «Puedo pasar horas y horas aquí», confiesa. La idea está clara: Rubén quiere huir de los focos, perderse, encontrarse consigo mismo, y Madrid le da muchas opciones para eso. «No me preguntes por qué, pero me gusta más el Thyssen que el Prado o el Reina Sofía. Tal vez el Prado es más impersonal y, además, aquí hay más privacidad».

«Me gusta estar solo pero no me dejan»

Ni su pasión por la actuación le deja tolerar el ruido, las cámaras, las preguntas: «Me gusta estar solo pero no me dejan», dice riendo y sin ocultar su nostalgia. Pero siempre le quedará Madrid. «He vivido en muchas ciudades y no cambio esta por ninguna, no hay otra ciudad igual. De Madrid, al cielo . Sé que me estoy perdiendo buena parte de la ciudad por eso de que te conoce todo el mundo y no puedes dominarla de verdad. Pero recuerdo que cuando llegué aquí la viví muy bien. Me encanta Madrid», repite.

Si de esconderse se trata, tiene otro refugio muy cerca de su casa, en Atocha: el Parque del Retiro . «Ahí también me gusta perderme... Tengo privacidad, tranquilidad y el verde me gusta mucho». Y finalmente se confiesa: «No pienso en el trabajo, solo quiero silencio, la mayoría de las veces se hablan tonterías... Reflexiono sobre los problemas de la vida, lo que tienes que resolver y lo que no. Cuando estás solo, todo es silencio».

Los recuerdos de su Cuba natal

Antes de Atocha vivió por el Puente de Segovia , Las Ventas o La Latina. Y es que a veces, hay bullicios que merece la pena soportar. «El Barrio de Las Letras o Lavapiés también me gustan mucho». Se niega a decir cuáles son esos bares que conoce al dedillo para que el público no lo encuentre. Pero al final, otro Rubén aparece, el que disfruta de la noche madrileña. «Podría hacerte un circuito por la noche, de bar en bar, me gusta mucho recorrer la ciudad por la noche. Madrid tiene magia, siempre hay alguien con algo que contar y es una ciudad que te permite crecer en todos los sentidos; cualquier cosa que quieras hacer, estudiar, lo que sea... la ciudad te dará las armas».

Restaurante Negra Tomasa ABC

Su amor por Madrid, lógicamente, no le hace perder el recuerdo por sus orígenes. Cortada nació hace 32 años en la Isla de la Juventud , Cuba. Por eso señala como uno de sus restaurantes favoritos, La Negra Tomasa, restaurante cubano ubicado en la calle de Cádiz. Aparte de comida típida de la isla, ofrece una inmersión en el Caribe gracias a las fotos que inundan las paredes y a la música en vivo (conciertos y, por supuesto, salsa).

«No gané nada por ser guapo»

Cuando quiere hacer deporte la opción vuelve a ser El Retiro para correr o, para jugar al tenis, la Ciudad de la Raqueta , en El Paular , algo más alejado del corazón de la capital. No es por el tenis ni por el running, pero Rubén está más delgado de lo que se acostumbra a ver en las fotos en las que muestra su escultural cuerpo. Y ante tanta belleza surge la frívola pero no menos intrigante cuestión que nadie quiere plantearle. ¿Se puede interpretar a un marginal con un metro noventa, ojos verdes y una cara casi perfecta? Sí. «Suelen empujarte a hacer el guapo, pero eso se rompe gracias al trabajo. Hay muchos prejuicios y parece que la belleza es incompatible con el talento . Yo no me he ganado nada por ser guapo».

Rubén Cortada frente al Museo del Prado IGNACIO GIL

Precisamente es el fondo y no la forma lo que busca para su carrera. Optar por papeles y proyectos «diferentes, independientes, por los que nadie apostaría desde un punto de vista comercial». La serie de Telecinco en la que está participando, «Ella es tu padre», puede responder menos a esta idea porque viene de un formato muy exitoso (la película «Señora Doubtfire» ), pero que Cortada justifica con la historia de su personaje. «Es un rockero y para mí eso era un desafío porque nunca lo había hecho. Es un loser y a mí los loser me fascinan. Mientras más gusano, más interesante. Son al final los más felices y los que sobreviven a todo».

El otro proyecto en el que está participando, « Supermax », explica mejor el tipo de personaje con el Cortada quiere comulgar. Esta serie, que acaba de estrenarse en HBO España, recrea un reality show desarrollado en una cárcel de máxima seguridad, donde los personajes parecen inofensivos, pero cargan una pesada mochila. El personaje de Cortada «tiene un pasado oscuro, está metido en todo tipo de actos delictivos y no tiene conciencia, ni banderas». Lo que viene es « Fronteras de papel », una película que rodará en la India en diciembre y en la que interpretará a un padre que intenta recuperar a su hija después de salir de Guantánamo.

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