Sala del restaurante La Atrevida
Sala del restaurante La Atrevida - LA ATREVIDA
Crítica

La Atrevida, versión sencilla de un gran cocinero

Está en los bajos del hotel NH Lagasca pero no es un restaurante de hotel. Tiene entrada propia desde la calle y la gestión es absolutamente independiente

MADRID Actualizado: Guardar
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La Atrevida cuenta con la aportación de uno de los mejores cocineros que ejercen en Madrid, Óscar Velasco, con dos estrellas Michelin en el restaurante Santceloni. Velasco es socio y director gastronómico del grupo La Colección de Gastronomía, que dirige el empresario donostiarra Vicente Lorente y que, a la espera de nuevas aperturas, ya cuenta con otro establecimiento en Madrid, Meating, del que les hemos hablado en esta página. En ambos casos, la filosofía del grupo es clara: buscar el mejor producto de temporada y una carta de platos sencillos y bien elaborados que se ciñen mucho a esa materia prima y a su estacionalidad. La Atrevida está en los bajos del hotel, NH Lagasca, pero no es un restaurante de hotel.

Tiene entrada propia desde la calle y la gestión es absolutamente independiente.

Nada más entrar, una barra abierta todo el día en la que se ofrecen tapas y raciones de buen nivel, desde una notable tortilla de patata con cebolla hasta ensaladilla rusa (9,50 €), a la que tan solo le sobra un toque de ajo picado por encima, pasando por unas cremosas croquetas de jamón (9). También una cuidada selección de embutidos y una serie de latas de conservas de conocidas marcas que sirven de soporte a elaboraciones como las sardinillas en coca de hojaldre (7,25) o unos decepcionantes berberechos con ensalada de cebolla al horno (14,25). Casi todas estas tapas y raciones se sirven también como entradas en el comedor, un espacio bien separado de la barra, amplio y decorado con sencillez.

Velasco y Lorente han trabajado durante meses para lograr una propuesta atractiva que, como decimos, se ciñe mucho a la temporada. Platos en general bien elaborados, en los que el segoviano ofrece una versión sencilla de su cocina y que permiten comer de una manera satisfactoria. Está muy lograda la terrina de ternera y foie gras con pistachos crujientes (9,70), que refleja la formación académica junto a Santi Santamaría del cocinero. Y sabrosos los ravioli rellenos de mejillones al Jerez (12,75), aunque perjudicados por una masa demasiado basta. Estupenda la reconfortante sopa de jarrete de ternera con fideos chinos (11,40). La carne del jarrete deshebrada, acompañada con verduras picadas en un caldo con ligero punto agridulce. Recomendables también los callos con morro y pata (11,25) una especialidad de Velasco. Llama la atención en la carta la raya, pescado poco habitual en Madrid, que se elabora a la plancha con salsa romescu y cebolletas (15,75). Probamos también una costilla de cerdo asada a baja temperatura con salsa barbacoa (16,75) muy buena.

Postres caseros entre los que sobresale una gran tarta de queso (6,50). Nada que ver con el confuso plátano al horno con galleta rota de aceituna y coco (6,25), extraña combinación que no acaba de encajar. Otras opciones son el brownie de chocolate Valrhona (6,25) o el sorbete de piña. albahaca y cava (7). Carta de vinos a buenos precios, interesante en los tintos, con referencias poco habituales, y muy floja en la oferta de blancos. Sería bueno indicar las añadas de cada uno. Como dato positivo, la posibilidad de que el cliente lleve su propia botella con un ajustado coste de descorche de 6 euros.

Lo mejor: La elaboración de los platos.

Precio medio: 45 €.

Calificación: 7.

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