Sara Hernández, nueva secretaria general de los socialistas madrileños, y Pedro Sánchez, ayer, durante la clausura del Congreso del PSM
Sara Hernández, nueva secretaria general de los socialistas madrileños, y Pedro Sánchez, ayer, durante la clausura del Congreso del PSM - Óscar del POZO
Congreso Extraordinario

Pedro Sánchez y Ferraz toman el mando de la agrupación socialista de Madrid

La nueva secretaria general del PSM, Sara Hernández, deja fuera de su Ejecutiva a sus oponentes en primarias

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El socialismo madrileño salió ayer de su congreso extraordinario más dividido de lo que entró. Por mucho que desde las elecciones primarias del pasado 26 de julio la nueva secretaria general, Sara Hernández, llamara a la unidad, esta agrupación tiene una brecha abierta. Los datos no engañan: la Comisión Ejecutiva y el resto de los órganos del partido se aprobaron con el 55% de los votos de los 476 delegados. El 45% fueron votos en blanco. Los «noes», por reglamento, no están previstos. Clausuró, por la tarde, un Pedro Sánchez, líder nacional del PSOE, pletórico. Su favorita, Sara Hernández, imponía sus reglas del juego para los próximos seis meses. Ferraz, la sede nacional, se ha hecho con los mandos de Callao, el «domicilio» de la agrupación madrileña.

El Partido Socialista Madrileño (PSM) tampoco se llama así. Es, desde ayer, el Partido Socialista Obrero Español-Madrid (PSOE-M). Y su Comisión Ejecutiva, la que había adelantado ABC. Después de que Hernández, que también es la alcaldesa de Getafe, ganara al diputado regional Juan Segovia en las elecciones primarias del pasado 26 de julio, dicha Ejecutiva tenía todas las papeletas de incluir a pocos de los perdedores.

A vueltas con los avales

No han sido pocos, es que no hay ninguno. ¿Motivo? El propio Segovia señalaba a este periódico: «Otra vez será. No admiten ningún planteamiento nuestro. Pues nada. Tampoco nombres». Una de las principales reivindicaciones de Segovia es la desaparición de los avales para poder presentarse candidato. Ahora se necesita el 10% del apoyo de la militancia.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, estuvo arropado ayer, en el cierre del cónclave madrileño, por su portavoz en el Congreso de los Diputados, Antonio Hernando, y por su portavoz en el partido, César Luena. También por Ángel Gabilondo, líder del Grupo Socialista en la Asamblea de Madrid, y Antonio Miguel Carmona, portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, entre otros.

Tras hora y media de espera, los delegados e invitados presentes ayer en la sede de UGT de la avenida de América, recibieron con fuertes aplausos a su líder nacional. Empezó fuerte. Muy crítico y ya en campaña para las elecciones generales de noviembre. «El 24-M –dijo– Madrid optó por el cambio. Móstoles, Aranjuez, Alcalá de Henares vuelven a estar gobernadas por los socialistas. A partir de noviembre vamos a gobernar. Llegaremos a la Moncloa. Al PP, a Rajoy y a Cifuentes hay que mandarles a la oposición».

Comparecencias

« Púnica y Gúrtel –añadió– es lo mismo. Son los mismos. ¿Cuándo va a limpiar Rajoy el PP? ¿Por qué el silencio de Rajoy y de Cristina Cifuentes?». Hechas estas preguntas, el secretario general del PSOE volvió a pedir la comparecencia del presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados y la de Cristina Cifuentes en la Asamblea de Madrid. Ni una mención del líder nacional socialista sobre su desliz referente al Código Penal. Sí prometió que, «cuando sea el presidente del Gobierno» luchará contra la pobreza, derogará la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) y se empleará a fondo contra la violencia de género y la «ley mordaza».

Primera mujer

De vuelta al terreno puramente madrileño, el congreso extraordinario de ayer (habrá uno ordinario dentro de seis o siete meses), también sirvió para proclamar a Sara Hernández como nueva secretaria del PSOE-M, que se convierte así en la primera mujer en liderar a los socialistas en Madrid. La alcaldesa de Getafe se alzó con la victoria en las primarias del 26 de julio pero, entre la escasa participación y los sufragios que fueron para su oponente, ella recolectó el 24% de los apoyos del total de 15.450 militantes llamados a votar.

La Ejecutiva de Sara Hernández es como habíamos adelantado. Como presidente tiene a Manuel Robles, alcalde de Fuenlabrada; como vicesecretarios a los regidores de Alcalá de Henares y de Móstoles, Javier Rodríguez Palacios y David Lucas, respectivamente. En dicha lista figuran un total de siete alcaldes socialistas en toda la comunidad, diputados regionales y portavoces municipales en donde el PSOE-M es oposición.

Los cuatro primeros nombres del Comité Regional son los de Carlos Morales, Carmen Ferrero, Roberto Sánchez y Silvia Buavent. El nuevo Comité Federal lo componen Manuel Robles, Pilar Sánchez Acera (que perdió un pulso a Tomás Gómez en las primarias de febrero de 2012), José Garijo, Cristina Moreno y Jaime Lisavetzky, entre otros.

El cónclave transcurría con una calma ficticia. Pero a media tarde se desató la tensión. Hubo que repetir la votación de la reforma estatuaria incluida en el orden del día porque se registraron más votos que delegados acreditados. Se trataba de proponer al Comité Federal la elección directa.

A mano alzada

Los afines al exsecretario general, Tomás Gómez, se mostraron indignados. Consideraron que era un hecho «gravísimo» y llegaron a proponer que, para evitar una impugnación segura, se sometiera el asunto a la consulta de toda la militancia. «¡Menos mal que cada vez son menos!», murmuraba un dirigente. Al final, se repitió la votación. El fallo fue, según la organización, que se votaba a mano alzada y no dio tiempo a contar bien. A Sara Hernández le llegaron pedir que «le echara valor» y que no fuera el «brazo de Ferraz».

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