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Vídeo: Así es Melania Trump, la nueva primera dama de los EE.UU. - ABC

Trump y Melania, «a su manera»

La celebración de la nueva pareja presidencial al son de Sinatra contrastará con un ambiente crispado en la calle

CORRESPONSAL EN WASHINGTON Actualizado: Guardar
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Va a ser un día de contrastes. Celebración y protesta. Himnos y división. Presencia de la élite política y sonoras ausencias. Cuando el baile del nuevo presidente de EE.UU. y la Primera Dama, Donald Trump y su esposa Melania, acapare la atención de los cientos de congregados en la fiesta de la Inauguración, las calles de Washington no mostrarán la misma pompa y circunstancia. En un Distrito de Columbia que entregó el 93% de su voto a la candidata perdedora, Hillary Clinton, y sólo un 5% a quien esta noche se alojará ya en la Casa Blanca, no podía esperarse un entusiasmo popular desbordante. Pero el encono que despierta Trump ha superado todos los precedentes.

Aunque las protestas menores suelen acompañar al principal acto institucional del país, esta vez cientos de miles de personas, muchas procedentes de numerosos puntos del país, se han concentrado en la capital, en un fin de semana de confrontación que recibirá a su nuevo mandatario.

Aunque también se prevé la presencia de numerosos seguidores de Trump, que el nuevo presidente ha calculado «en número récord» desde su cuenta de Twitter, el entusiasmo ha decaído tanto con respecto a otras convocatorias que se anuncia el acto más breve en décadas: en tiempo, en voluntarios y en número de asistentes, que se estima en unos 800.000. Menos que la de hace cuatro años, en torno a la renovación de mandato de Obama, cuando se superó ampliamente el millón de asistentes, y a gran distancia de los casi dos millones que congregó la histórica toma de posesión del primer presidente negro de Estados Unidos.

Ayer, el encontrado ambiente ha crecido en Washington DC en términos exponenciales. El ulular de sirenas, que anuncia la presencia de mandatarios; los puestos de calle con coloridas muestras de respaldo al presidente entrante, y el denso tráfico en torno a la acotada zona del Mall washingtoniano, con una ciudad repleta de visitantes, que llenan sus numerosos hoteles, formaban parte ya de un escenario único en el mundo, el de una capital que siempre ha exhibido con orgullo el acto representativo del traspaso de poderes.

4.200 porros

Pero esta vez se anuncia una jornada deslucida. Una veintena de protestas está autorizada en torno al acontecimiento, entre las que no faltarán las muestras de reconocimiento al nuevo líder, cuyo movimiento, en terminología acuñada por el propio Trump, estará presente en algunas de esas convocatorias, con la presencia también de miles de fieles. Entre ellas, «Moteros por Trump», una de las organizaciones más entregadas a la causa del candidato republicano durante la campaña electoral. En el bando opuesto, concentraciones diversas darán color a la jornada: Answer Coalition, que protestará contra la llegada de Trump al poder; y el grupo DCJM, que repartirá 4.200 porros para reclamar la legalización de la marihuana, son las más llamativas. Otros grupos han anunciado que tratarán de interrumpir el recorrido del desfile presidencial, que sucederá al acto de traspaso de poderes. Aunque los más de 11.000 miembros de las Fuerzas de Seguridad repartidos el centro de la ciudad parecen ser suficiente reclamo para evitarlo. Al día siguiente, está prevista la mayor manifestación crítica convocada nunca en una toma de posesión, una marcha de mujeres a la que se prevé que acuda un cuarto de millón de personas. Para reforzar la convocatoria, numerosos bares y restaurantes de Washington DC han anunciado que servirán comida y bebida gratis a las mujeres.

Con Sinatra

Ajenos al ambiente de la calle, después de que los presidentes saliente y entrante procedan al acto formal, Trump y Melania, la nueva Primera Dama, serán protagonistas de una celebración tradicional en la que, ante la mirada de miembros de los tres poderes del Estados y del cuerpo diplomático. Para el baile de gala, el matrimonio presidencial ha elegido la canción «My way», de Frank Sinatra, cuyo estribillo está encabezado por esta frase: «I did it my way» («Yo lo hice a mi manera»). ¿Hace falta decir algo más?

Una decisión que no ha sentado demasiado bien a Nancy Sinatra, hija del cantante. En su perfil de la red social Twitter, Nancy ha enviado un breve mensaje a sus seguidores: «Solo pido que la canción de mi padre se recuerde bajo su línea principal».

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