El capitán Francesco Schettino fue condenado a 16 años y un mes de prisión por el naufragio del Costa Concordia
El capitán Francesco Schettino fue condenado a 16 años y un mes de prisión por el naufragio del Costa Concordia - REUTERS

El Supremo italiano revisa la condena al capitán del Costa Concordia

Schettino recurrió la sentencia a 16 años de prisión alegando que con su maniobra evitó una tragedia mayor de la ocurrida

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El Tribunal Supremo italiano revisa desde hoy la condena a 16 años y un mes al capitán del crucero Costa Concordia, Francesco Schettino, cuyo barco naufragó en enero de 2012 en Italia y en el que murieron 32 personas, y la sentencia definitiva llegará previsiblemente a finales de mayo.

El caso ha llegado al Supremo tras el recurso presentado por el abogado del comandante, Saverio Senese, que considera demasiado dura la sentencia a 16 años y un mes que fue confirmada en apelación. Los defensores de Schettino han alegado siempre que el capitán evitó una tragedia mayor de la ocurrida con su maniobra de acercamiento a las costas de la isla del Giglio tras impactar con un escollo.

La fiscalía también recurrió al haber visto rebajada su petición de 27 años de reclusión.

Schettino fue condenado el 11 de febrero de 2015 a una pena de 16 años y un mes por el delito de naufragio culposo, homicidio culposo, abandono de la nave y por no haber informado inmediatamente a las autoridades portuarias de la colisión contra el escollo que provocó el accidente.

El Tribunal de Apelación de Florencia confirmó en mayo de 2016 la condena de 16 años y un mes.

Audiencias

En la audiencia de hoy está previsto que los jueces del tribunal Supremo Carla Menichetti y Giuseppe Pavich lean los recursos y se presenten las numerosas partes civiles, que en este proceso han sido, entre otros, el Gobierno italiano, varios ministerios, la región Toscana, la Provincia de Groseto y el ayuntamiento de la isla del Giglio, y elaboren un calendario de vistas.

En la próxima audiencia, fijada el 4 de mayo, comenzarán los alegatos de los defensores de las partes civiles, de los fiscales y finalmente del letrado de Schettino.

El comandante, de 56 años, no ha entrado en prisión ya que no es aún una condena en firme y porque los magistrados han considerado que no existe peligro de fuga.

En este tiempo Schettino ha permanecido en su residencia de Meta di Sorrento, en la provincia de Nápoles (sur), y ha escrito un libro, «Le veritá sommerse» (Las verdades sumergidas), en el que reconstruye los hechos.

En varias ocasiones ha defendido que no quiso abandonar el barco, cambiando varias versiones sobre lo que ocurrió aquella noche y por qué se encontraba ya a salvo en un hotel de la isla del Giglio mientras cientos de personas intentaban aún abandonar el crucero medio hundido.

El proceso comenzó en julio de 2013 y Schettino era el único acusado, ya que el resto de imputados habían pactado sus penas de 23 meses y 18 meses en un proceso paralelo.

Los hechos se produjeron la noche del 13 de enero de 2012 cuando el crucero, en el que viajaban 4.229 personas, encalló frente a los rocosos acantilados de la isla toscana del Giglio, adonde se acercó para «saludar» siguiendo una tradición marinera.

El suceso costó la vida a 32 personas y causó 64 heridos, además de dejar los restos del barco durante dos años varados ante la isla de Giglio.

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