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Vigilia - AFP

Musulmanes con camisetas identificativas apoyan la vigilia en honor de las víctimas

La ceremonia ha sido un hermoso momento de solidaridad y orgullo londinense

Londres Actualizado: Guardar
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Trafalgar Square, culminada en 1845, con la National Gallery a sus espaldas, la estatua vigilante de Nelson en su altísima columna y el Parlamento muy al fondo, es la plaza más emblemática de Londres. Allí ha convocado la noche de este jueves el alcalde Khan a los londinenses, que acudieron a miles y llenaron el espacio. Fue una vigilia de velas y unidad. También un instante de orgullo londinense, representado por un paisaje humano que venía a resumir lo que es Londres: variopinta, divertida, peleona y valiente. Además, de propina, el sol asomó al final de una tarde ventosa y hasta amainó la brisa.

No sin razón, se suele reprochar una cierta inhibición de los musulmanes a la hora de condenar con fuerza los atentados salafistas.

Pero algo ha cambiado, y para mejor. Esta noche en Trafalgar pudo verse a varios jóvenes ataviados con unas camisetas azulonas en cuyo pecho y espalda se leía: «I am a muslim». Soy musulmán, una declaración expresa de que consideran su fe incompatible con la violencia fanática en el nombre de Alá. «No puede esperarse algo así de seres humanos. La gente que comete esos ataques son locos sin sentido de la unidad, no representan a ninguna comunidad», explicaba uno de los hombres que llevaba la camiseta, miembro de una asociación islamista británica. No lejos, tres jóvenes de la secta musulmana Alislam, uno de ellos con esa barba larga cortada al tajo que se asocia con la estética salafista, sostenían una pancarta que rezaba: «Amor para todos. Odio para nadie».

Público muy variado

Había personas de toda edad y condición. Estudiantes europeos comentaban que «todavía nos sentimos seguros aquí». Hacían lamentar, una vez más, el exabrupto de nacionalismo provinciano y xenófobo que fue el Brexit. Una chica mulata londinense portaba en sus manos una flor amarilla, otro de los símbolos de la vigilia: «Estoy aquí por los demás, pero también por mi propia salud mental, porque lo que pasó me rompió el corazón».

En el escenario, los políticos, la ministra del Interior, Amber Rudd, y Sadiq Khan, el alcalde laborista y musulmán de Londres, junto al comisionado de Scotland Yard. De nuevo elogios a la policía y los sanitarios y llamadas a la unidad y la esperanza: «Afrontando esta adversidad demostraremos al mundo que somos la más grande ciudad del planeta», proclamó Kahn.

El alcalde se ha visto envuelto en una inesperada polémica con el hijo mayor de Donald Trump. Fiel a los hábitos de su padre, criticó en Twitter unas declaraciones de Khan en las que afirmaba que vivir en grandes ciudades conlleva el riesgo de sufrir el terrorismo. «¿Está de broma?», escribió Donald Jr, rebotando una frase de las manifestaciones de Khan y omitiendo que no eran de ahora, sino de meses atrás, cuando una bomba casera dejó varios heridos en Nueva York. El alcalde ha preferido no contestarle: «Como comprenderán en estas horas tengo otras cosas que hacer».

Theresa May ha visitado a algunos heridos en el hospital de Chelsea, durante 40 minutos, y por la mañana escuchó misa en el Parlamento, a cargo del capellán de la Cámara. Se ha confirmado que en la noche del atentado visitó Buckingham para informar a la Reina, quien ayer suspendió un acto que tenía en Scotland Yard.

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