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David Ali Sonboly

El misterio que rodea al solitario asesino de Múnich cinco años después de la matanza de Breivik

La Policía muniquesa ha apuntado a la posible influencia de Anders Behring Breivik, el noruego que hace justo cinco años asesinó a 77 personas

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Un joven que acababa de cumplir 18 años, que nació y creció en Múnich, reservado y muy fan de los videojuegos de guerra. Según sus vecinos, todavía impactados por el suceso, nada hacía presagiar el acto de locura de un tirador que ha asesinado a nueve personas en la ciudad alemana.

Se trata de David Ali Sonboly, un joven germano-iraní de 18 años que vivía con su familia en un inmueble de viviendas sociales moderno y discreto, en el corazón del barrio de Maxvorstadt, no lejos del centro de la capital bávara.

A la entrada del edificio, que hace esquina entre un concesionario de coches de lujo Maserati y una boutique de vestidos de novia, en el 69 de la Dachauer Strasse, los investigadores siguen buscando rastros del ataque.

«No lo he visto jamás enfadado, ni he oído nunca que haya tenido un problema con la Policía o con sus vecinos», cuenta a AFP una madre de familia de origen macedonia que vive en la primera planta de la residencia.

El autor de la matanza vivía con sus padres y su hermano pequeño en un quinto piso, cerca de la escuela del barrio. «Era muy amable. Se reía como cualquier persona normal. No sé qué se le pasó por la cabeza», dice una de las vecinas.

Los dos padres son iraníes, según el vecindario, el padre es conductor de taxi y la madre era una antigua empleada de la cadena de grandes almacenes Karstadt.

Influencia de Breivik

La Policía de Múnich apuntó hoy a la posible influencia de Anders Behring Breivik, el noruego que hace justo cinco años asesinó a 77 personas, en el joven germano-iraní que ayer protagonizó un tiroteo mortal en la capital bávara.

«Cuando alguien se interesa de forma tan intensa por ataques masivos y de locura seguro que Breivik también ha desempeñado un papel», reconoció el jefe de la Policía de Múnich, Hubertus Andrä, quien recordó que ayer se conmemoró el quinto aniversario de la matanza de Oslo y Utøya.

Andrä reconoció que no hay indicios que apunten a que noruego sea el inspirador del ataque, pero señaló que si se suma el hecho del aniversario y el interés del tirador por ese tipo de actos «hay que asumir que también se ocupó del tema Breivik».

«Esa relación digamos que es obvia», añadió.

Según la policía, el joven, de 18 años y nacido en Múnich, había sufrido presuntamente transtornos depresivos y estaba obsesionado con la violencia.

En el registro de su habitación no se halló nada que apunte al terrorismo yihadista y en cambio sí a casos de matanzas por locura, como recortes de periódicos sobre operaciones policiales y un libro titulado "Amok, porque matan los estudiantes".

Los medios locales, citando fuentes cercanas a organismos de seguridad, han asegurado además que el joven tenía problemas escolares y que era aficionado a los vídeojuegos violentos.

Estos medios apuntan asimismo a que el joven tendía a glorificar a Tim Kretschmer, un joven de 17 años que, en 2009, irrumpió armado en su antiguo colegio en la localidad de Winnenden (suroeste de Alemania) donde empezó una matanza que le costó la vida a 15 personas y luego se suicidó.

La policía estudia si el autor del tiroteo pirateó una página de Facebook para invitar a conocidos a la hamburguesería en la que comenzó a disparar.

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