Maduro pidió la vuelta del embajador español para mejorar su relación con la UE

El Gobierno español advirtió al venezolano de que mantendrá sus posiciones críticas con el régimen

Jesus Silva, embajador de España en Venezuela, EFE

LUIS AYLLÓN

La iniciativa para tratar de normalizar las relaciones con España partió del presidente venezolano, Nicolás Maduro , tras constatar que la decisión de expulsar al embajador español en Caracas, Jesús Silva , bloqueó cualquier posibilidad de que la Unión Europea suavizara las sanciones impuestas al régimen bolivariano, según aseguraron a ABC fuentes diplomáticas españolas y comunitarias.

De hecho, ayer mismo la Comisión Europea, a través de su portavoz Carlos Martín Ruiz De Gordejuela , valoró que España y Venezuela hayan acordado iniciar el proceso de normalización de sus relaciones diplomáticas, «en beneficio de todos los ciudadanos« y agregó que la UE continúa los contactos «con los interlocutores en Venezuela, incluidos el Gobierno, la Asamblea Nacional y los socios regionales«.

Las fuentes consultadas por este periódico indican que ya poco después de haber tomado la decisión de considerar «persona non grata» al embajador español, Maduro se dio cuenta de que había cometido un error, porque provocó un mayor aislamiento internacional de Venezuela .

Los mensajes que pronto le llegaron a Maduro desde Europa es que iba a haber, como ha sido ha sucedido, plena solidaridad con España, que fue el único país de la Unión contra el que su Gobierno había adoptado la medida de expulsar al embajador, por considerar que había sido el impulsor de las sanciones contra los dirigentes venezolanos.

El mandatario venezolano percibió también que no le convenía tener bloqueadas las relaciones con España, por el papel de liderazgo que nuestro país ha desempeñado en la Unión Europea a la hora de abordar la situación en Venezuela.

En consecuencia, Maduro terminó por convencerse de que, mientras no hubiera una vuelta atrás, no cabría ningún tipo de avance en la relación entre Bruselas y Caracas ni posibilidad alguna de suavizar las sanciones adoptadas . Estas resultan especialmente molestas para algunos sectores del movimiento bolivariano, entre ellos los militares y los jueces, porque muchos de ellos tienen familiares directos o intereses económicos en España y otros puntos europeos. La imposibilidad de viajar a Europa les causa un serio problema, sobre todo si tampoco pueden hacerlo a Estados Unidos.

La cercanía de las elecciones convocadas para el 20 de mayo en Venezuela ha influido también en el paso dado por Maduro, que no desea concurrir a ellas dando una imagen de «apestado internacional», según algunas fuentes. Además, sectores chavistas, pero antimaduristas, consideran que en la práctica, con esa imagen de aislamiento que se ha labrado, Maduro estaría traicionando el afán de expansión del movimiento bolivariano que defendía Hugo Chávez.

Todo ello, llevó a Nicolás Maduro a enviar, por un lado al canciller venezolano, Jorge Arreaza , a Bruselas, para entrevistarse con la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini , y al viceministro para Europa, Yván Gil , a Madrid, para reunirse con el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y Caribe, Fernando García Casas .

Gil, además de entregar una carta de Arreaza para su colega español Alfonso Dastis, comentó con García Casas el deseo de normalizar las relaciones, que se vieron sensiblemente deterioradas con la expulsión del embajador español el 25 de enero y la respuesta proporcionada de España, que expulsó al embajador venezolano en Madrid, Mario Isea.

Tanto el secretario de Estado en su reunión con Gil, como después Dastis, en una conversación telefónica con Arreaza, dejaron claro que España no aceptaría condición alguna para el restablecimiento de las relaciones y que mantendría las posiciones que había defendido en los últimos tiempos , tanto sobre el encarcelamiento de miembros de la oposición como sobre la exigencia de garantía democráticas para los comicios de mayo.

Además, el Gobierno español reclamó que fuera el propio embajador Jesús Silva quien volviera a hacerse cargo de la Embajada , ya que sus declaración como «persona non grata« no fue por un asunto personal sino en respuesta a la postura adoptada por España en apoyo de las sanciones europea contra Venezuela.

Las autoridades venezolanas aceptaron las demandas españolas y se acordó el anuncio de la vuelta de los embajadores: Silva, a Caracas e Isea, a Madrid. En una transmisión por Facebook, el presidente Maduro celebró la decisión y dijo que recibiría al embajador español «con las dos manos» y «con afecto», con la idea de normalizar las relaciones «sobre la base del respeto y del diálogo». Añadió que tiene «admiración» por la cultura y por el pueblo español, «a pesar -dijo- de la mala propaganda y la campaña permanente que hacen en mi contra y (en contra) de la revolución bolivariana».

En España, el ministro Dastis que el regreso de los embajadores se enmarcar dentro del diálogo y de favorecer una salida «dialogada, pacífica y democrática para la crisis » en ese país. Por su parte, García Casa subrayó en Madrid que, en cualquier caso, «las posiciones políticas se mantienen».

Esas serían las instrucciones que llevaría el embajador al volver a Caracas. Jesús Silva viajará, previsiblemente, este domingo para hacerse cargo de una Embajada que durante estos tres meses ha seguido funcionando con un Encargado de Negocios al frente y con un diplomático más que fue enviado para reforzar la representación diplomática, una de cuyas tareas es seguir de cerca la situación de los 200.000 españoles que residen en Venezuela.

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