El primer ministro italiano, Matteo Renzi, habla en directo sobre el veto que Italia pone al presupuesto europeo
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, habla en directo sobre el veto que Italia pone al presupuesto europeo

Matteo Renzi juega al populismo y veta el presupuesto europeo

El primer ministro italiano aduce que necesita más recursos para los refugiados y contra los recortes, pero de fondo emerge una razón electoral

CORRESPONSAL EN ROMA Actualizado: Guardar
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El Gobierno italiano acentúa su guerra diplomática contra Bruselas: pone el veto al presupuesto para el 2017. Matteo Renzi, empeñado en una línea «antieuropea» por motivaciones electorales, con vistas al referéndum sobre la reforma constitucional del día 4 de diciembre, lo ha anunciado en Catania (Sicilia): «Hemos puesto el primer veto en Bruselas. Lo ha hecho el subsecretario Gozzi en mi nombre. No aceptamos que con nuestros dineros a la Unión Europea se levanten muros». El primer ministro ha reiterado en los últimos días que Italia aporta al presupuesto de la UE 20.000 millones de euros y recibe 10.000 millones.

La decisión de Renzi se considera especialmente fuerte, aunque no tendrá una repercusión inmediata en el funcionamiento de la Unión Europea.

Italia afirma que pone este primer veto al presupuesto de la UE porque faltan garantías para el aumento de recursos «a favor de nuestras prioridades: Inmigración, seguridad, paro juvenil y programas de investigación».

Esta fuerte presión de Renzi sobre la UE es su último gesto para convencer a los italianos de que actúa seriamente para defender los intereses italianos en Europa. Se produce tras otra medida cargada de gran simbolismo: Renzi quitó la bandera de Europa que tenía en su despacho oficial de Palazzo Chigi junto a la tricolor italiana. El llamativo gesto de Renzi fue comentado con desolación por el ex primer ministro y expresidente de la Comisión Europea Romano Prodi: «Me he sentido mal del corazón al no ver en la foto la bandera de la UE, porque tenemos una doble identidad, italiana y europea, y no podemos renunciar a ella».

Era lógica la reacción de Prodi, pero lo que nadie hubiera podido imaginar en Italia es que un día el populista Front National iba aplaudir a Matteo Renzi: lo hizo Marine Le Pen al conocer el insólito gesto del primer ministro frente a la Unión Europea.

Renzi se está jugando también la carta de un cierto populismo: cada día más italianos ven en la Unión Europea y en la burocracia de Bruselas la causas de la crisis económica de Italia. Desde hace meses, Renzi mantiene una guerra con las autoridades comunitarias, en particular sobre el aumento del déficit y la inmigración. El primer ministro italiano sostiene que basta ya de austeridad y que la inmigración es un problema europeo y no solamente de Italia.

Un referéndum complicado

Aparentemente, el quitar la bandera de la UE se trata de un hecho anecdótico, pero es muy significativo porque refleja la confusión política que se vive en estos momentos en Italia y la desesperación de Renzi, quien teme que su reforma constitucional sea rechazada. Si el referéndum se celebrara hoy, el «no» a la reforma ganaría con el 53 % de los votos, según coincide la gran mayoría de las encuestas.

El enfrentamiento de Matteo Renzi con la Unión Europa responde claramente a una lógica electoral, como demuestran los sondeos. Italia, país fundador de la UE y tradicionalmente muy europeísta, siente cada día menos ese espíritu comunitario.

Ayer, martes, una encuesta subrayaba que la línea de Renzi frente a la UE convence a dos electores de cada tres. Curiosamente, mientras en el referéndum su soledad es muy llamativa, porque en la práctica es «Renzi contra todos», el primer ministro ha encontrado un apoyo trasversal en todas las fuerzas políticas. Está por ver si este consenso que Matteo Renzi ha conseguido en su batalla contra Bruselas se traduce en votos para su reforma constitucional. El primer ministro ha vuelto a reiterar que dimitirá si gana el «no».

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