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Un huelguista junta a las banderas del sindicato CGT, situadas frente a la sede del grupo de refinerías «Total» - AFP

Los huelguistas franceses aspiran a dejar a todas las gasolineras del país sin combustible

La tensión entre el Gobierno de Hollande y los sindicatos de trabajadores aumenta como resultado de una reforma laboral aprobada por decretazo

PARÍS Actualizado: Guardar
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Dos mil doscientas de las 12.000 gasolineras francesas están sufriendo penuria total o parcial de combustibles. Es la consecuencia del enfrentamiento brutal entre el Estado y la CGT (primer sindicato nacional), que sigue reclamando la retirada de la reforma laboral aprobada con un decretazo el pasado 10 de mayo.

Siguiendo las instrucciones personales del presidente de Francia, François Hollande, el primer ministro, Manuel Valls, ha recurrido a las unidades antidisturbios para liberar las entradas y salidas de una refinería próxima a Marsella. Pero la CGT afirma que sus militantes han votado la prolongación indefinida de la huelga en las ocho refinerías nacionales.

Alain Vidalies, ministro de Transportes, ha confirmado personalmente la extensión de la penuria de combustibles, que ya era muy llamativa al norte y el oeste del país a primeras horas de la tarde de este martes.

«Todas las refinerías serán liberadas, asegurándose la distribución de combustibles»
Manuel Valls , primer ministro francés

Manuel Valls, por su parte, se dice confiado pero firme: «Todas las refinerías serán liberadas, asegurándose la distribución de combustibles». Desde la óptica gubernamental, las reservas estratégicas permiten asegurar un abastecimiento normal, incluso si el movimiento de huelga nacional en las refinerías provocase retrasos o complicaciones.

Sin embargo, el uso masivo de fuerzas antidisturbios en la refinería de Fos-sur-Mer, próxima a Marsella, con el fin de «restaurar el orden», provoca reacciones que denotan inquietud, social y empresarial.

Patrick Pouyanné, director del grupo «Total» (propietario de cuatro de las ocho grandes refinerías nacionales), ha declarado que la huelga, el bloqueo y la tensión en las inmediaciones de todo el parque nacional de refinerías van a provocar una «revisión muy seria» del plan de inversiones de la compañía. A su modo de ver, la crisis entre el Gobierno de Hollande y el primer sindicato nacional, la CGT, augura un largo periodo de crisis y tensiones, poco propicias a la inversión empresarial.

Desde otro ángulo, la opinión pública percibe esta situación con inquietud. En varias regiones del oeste y el norte de Francia ha comenzado a ponerse en práctica el racionamiento total o parcial de gasolina y/o gasoil. Una noticia que los consumidores reciben con estupor.

Detrás del fantasma de la penuria de combustibles, la gran crisis entre el gobierno socialista y el primer sindicato de Francia corre el riesgo de prolongarse indefinidamente. La CGT anuncia nuevas huelgas a primeros de junio.

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