El presidente francés, François Hollande, en un acto en Tulle con supervivientes de la Segunda Guerra Mundial
El presidente francés, François Hollande, en un acto en Tulle con supervivientes de la Segunda Guerra Mundial - AFP

El Gobierno francés podría obligar a los huelguistas a trabajar por decreto

Con graves interrupciones en los servicios públicos, Hollande intenta exhibir firmeza frente al desafío sindical

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
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Con gran arte camaleónico, François Hollande, se pone sucesivamente la gorra de «primer aficionado» de Francia y / o el casco de comandante en jefe de los Ejércitos, para intentar salir en todas las fotos de la Eurocopa. El presidente de la República fue el primer aficionado de Estado que se fotografió dando ánimos a la selección nacional. Entre sonrisas y parabienes ilusionados de optimismo patriótico.

Horas más tarde, reunió a sus ministros responsables de la seguridad del Estado, para «coordinar» todas las medidas relacionadas con la Eurocopa. Adoptando el tono grave y severo que corresponde a las «amenazas que siguen pesando sobre Francia, primer blanco del terrorismo mundial».

Un día después anunció solemnemente que «está dispuesto» a tomar «todas las medidas necesarias» para intentar evitar que las huelgas (ferrocarriles, aeropuertos, basuras) no «perturben» la deseada buena marcha de la Eurocopa.

Insistiendo en su «firmeza».

Disfrazado con la gorra de primer hincha de la selección nacional, Hollande se dejó fotografiar con una sonrisa franca y generosa: «¡Todo va bien! ¡Vamos a ganar!».

Tocado con el casco de comandante en jefe de los ejércitos, Hollande fingió amenazar a los sindicalistas que se obstinan en prolongar indefinidamente el comienzo de la Eurocopa. Hollande ha hecho numerosos cheques y «regalos» (pagaderos con deuda pública), esperando «pacificar» todo tipo de remisos huelguistas. En vano: la «base» ferroviaria no «respeta» los acuerdos oficiales; Air France se da con un canto en los dientes diciendo «asegurar» el despegue del 80% de sus vuelos, este fin de semana.

«Si hay que utilizar mañana los requerimientos, lo haremos», explicó el secretario de Estado de Transportes, Alain Vidalies. en una entrevista en la emisora «Europe 1» al referirse a las huelgas que afectan especialmente al transporte ferroviario -y al aéreo a partir de mañana con el paro anunciado de los pilotos de Air France-. El primer ministro, Manuel Valls, ya advirtió ayer de que el Gobierno contempla el uso de esa medida coercitiva contra los conductores de la compañía pública de ferrocarriles SNCF.

Cauto, Hollande amenaza con recurrir a «todos los medios necesarios» para «asegurar» el buen funcionamiento logístico de la Eurocopa, esperando que, finalmente, el comienzo de la competición entierre definitivamente cualquier veleidad sindical. El optimismo personal del jefe del Estado no convence a todo el mundo. Jacques Lambert, presidente del comité organizador de la Eurocopa, ha declarado: «Nos han aguado la fiesta del fútbol antes de comenzar».

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