Los desechos se acumulan en las calles más transitadas de París
Los desechos se acumulan en las calles más transitadas de París - J.P. QUIÑONERO

La basura y la suciedad toman París

Los centenares de miles de turistas que desembarcan en la emblemática ciudad con motivo de la Euro 2016 descubren un lugar sucio, tomado por barricadas de desperdicios

PARÍS Actualizado: Guardar
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Tras la lenta agonía de los conflictos sociales, huelgas y manifestaciones de protesta, el cese de la actividad de los basureros de París se prolonga indefinidamente con un resultado catastrófico para la imagen y el ambiente de la ciudad.

En los Campos Elíseos y Montmartre, los propietarios de hoteles, restaurantes, salas de fiestas, bares y cafeterías han tenido que tomar medidas particulares para intentar evacuar o desplazar las basuras que comenzaban a amontonarse de manera inquietante.

Allí donde las pequeñas o grandes empresas privadas no han podido resolver el problema por sus propios medios, los montones y montañas de basura dan una imagen devastadora de los sitios turísticos más frecuentados.

En la rue de la Huchette (a trescientos metros de la catedral de Notre-Dame), frente a uno de los teatros más legendarios de París (donde se representa ininterrumpidamente una obra de Ionesco desde hace más de 50 años), los restauradores no han encontrado otra solución que amontonar las basuras en una callecita adyacente.

Los desperdicios que se apilaban a la puerta principal de la iglesia de Saint-Séverin, monumento nacional que data del siglo XII, han sido desplazadas a la puerta trasera, en la rue Saint-Jacques, donde comenzaba el legendario camino medieval que conducía a los peregrinos hasta Santiago de Compostela.

En los barrios más tradicionales del turismo elitista, como es el de Saint-Germain, las basuras se han convertido en una tragedia inconfesable.

En el bulevar Saint-Germain, entre la iglesia de ese mismo nombre y la plaza del Odeón (el sitio más caro de París, donde el metro cuadrado oscila entre los 15.000 y los 20.000 euros), los cubos de basura se amontonan frente a las terrazas de las cafeterías más selectas, donde los turistas pagan entre 5 y 6 euros por un café solo.

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