Gina Miller, la ejecutiva y exmodelo que dobló la mano a May

Nació en Guyana y en 2002 se casó con un millonario de los fondos de inversión que dejó a su mujer en un polémico divorcio

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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Los partidarios del Remain lo han vendido como «el triunfo de la gente corriente», capitaneada por Gina Miller, una ejecutiva de 51 años, y Deir dos Santos, un peluquero de 37, ambos británicos y con una parte de remota sangre española. Ciudadanos anónimos, convocados por ellos a través de internet, reunieron fondos para lanzar el desafío legal contra el Gobierno, que ha concluido con un fallo que establece que el Parlamento deberá votar si se activa o no la salida de la UE.

Pero la realidad no es tan romántica. Gina Miller no es precisamente una persona de a pie, está casada con Alan Miller, un brillante ejecutivo de fondos de inversión de la City, un mago del sector al que se le atribuye una fortuna de 30 millones de libras (33,6 millones de euros).

Miller nació en Guyana y se educó en Londres, donde acudió al colegio y se graduó en leyes, márketing y recursos humanos por la London University. Es una belleza mulata, que en su juventud trabajó brevemente con modelo. Posteriormente se incorporó a la sucursal británica de BMW y finalmente se empleó como ejecutiva de servicios financieros a partir de 1992. Conoció a Alan trabajando ambos en New Star, un fondo de la City y se casaron en 2002. Antes hubo un sonado divorcio. Alan hubo de pagar a Melissa, su primera mujer, con la que no tenía hijos, cinco millones de libras. El caso fue célebre porque en su enojo el ejecutivo llegó a apelar a la Cámara de los Lores, sin éxito. Gina y Alan son padres de dos hijos y ella llegó al matrimonio con otra que hoy tiene 28 años, fruto de un relación anterior.

«Tú eres una desgracia, con tu lobby puedes acabar hundiendo toda la City»

En 2009 crearon su propio fondo de inversión, SCM Private. Pero la crisis financiera de 2008 supuso, según han contado, un aldabonazo en sus conciencias y en paralelo crearon True and Fair, que tiene dos vertientes: por un lado es una campaña a favor de la limpieza en las prácticas de los fondos de la City y por otra, una fundación caritativa, que por ejemplo mantiene una enfermería en el Royal Hospital de Chelsea. El año pasado su onegé donó 136.000 libras a causas filantrópicas.

Gina Miller no es nada querida en la City, donde su apodo es «la viuda negra», porque sus detractores consideran que su afán de transparencia en los negocios de la milla cuadrada puede acabar matando la gallina de los huevos de oro. Ha contado en el «Financial Times» que en una fiesta del mundo de las finanzas tres hombres se quedaron mirándola. Finalmente uno de ellos le espetó: «Tú eres una desgracia, con tu lobby puedes acabar hundiendo toda la City».

Asegura que se lanzó a batallar contra el Gobierno porque quería que se respetasen los cauces constitucionales. Más curioso es el caso de su aliado, el peluquero Deir Tozetti dos Santos, que incluso votó Brexit en el referéndum: «Lo hice porque quería que el Parlamento británico recuperase el poder que se había ido a Europa. Pero no creo que sea correcto que el Gobierno ignore ahora a nuestro Parlamento», explica Dos Santos.

«Capitalismo con conciencia»

Gina Miller ha pedido al Gobierno que acate la sentencia y no recurra ante el Supremo. En la mañana del jueves, fue aplaudida por sus seguidores cuando hizo su valoración a las puertas del Alto Tribunal. Se declara una defensora del «capitalismo con conciencia», a la que le gusta la escalada, las flores, Oscar Wilde y la música. De sus orígenes sudamericanos, cuenta que le han dado una visión de la vida un poco matriarcal. Es una enamorada de España, a la que viaja en cuanto puede. «Esto no va de política, va del imperio de la ley», ha dicho a modo de resumen de su cruzada, que partiendo de la calle ha puesto en jaque todos los planes de Brexit duro del Gobierno.

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