Marinos rusos, a bordo del buque «Almirante Tributs», fondeado en el puerto de Manila
Marinos rusos, a bordo del buque «Almirante Tributs», fondeado en el puerto de Manila - AFP

Filipinas continúa con sus guiños políticos a Rusia

El Gobierno de Manila confirma su intención de rubricar un memorando de entendimiento con Rusia para permitir la observación de sus ejercicios militares

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La Administración Rodrigo Duterte continúa con su enroque político. Filipinas ha anunciado la intención de rubricar un memorando de entendimiento con Rusia para permitir la observación de sus ejercicios militares. El reclamo se produce apenas meses después de que Duterte amenazara con suspender las maniobras conjuntas entre Filipinas y Estados Unidos, realizadas anualmente y que tienen su origen en el Tratado de Defensa Mutua de 1951.

«Si necesitamos su experiencia, entonces nos uniremos a los ejercicios, ese es el marco del memorando de entendimiento que va a ser firmado. Podría ser un ejercicio conjunto, pero inicialmente va a ser un intercambio de visitas», destacó el secretario de Defensa de Filipinas, Delfín Lorenzana, sobre el futuro acuerdo con Rusia.

El presidente Duterte ya ha anunciado su intención de visitar tanto este país (en abril está previsto un viaje de Estado) como China, con el objetivo de abrir nuevas alianzas comerciales.

De forma paralela, el mandatario ha asegurado que su relación con Estados Unidos se encuentra cercana a un punto «de no retorno».

«Retirad vuestras inversiones, adelante», aseveró Duterte en septiembre, quien destacó entonces estar al límite de «cruzar el Rubicon» en sus relaciones con Estados Unidos. «Voy a abrirme al otro lado de la barrera ideológica: China, Rusia -venid», añadió.

Precisamente, en mayo pasado, para conmemorar el cuarto de siglo de la ASEAN, una asociación de diez de las principales potencias del Sudeste Asiático (entre ellas, Filipinas), Rusia anunciaba una hoja de ruta con 57 proyectos tecnológicos con los países de esta organización.

De momento, el nivel de trabajo entre ambos no es demasiado destacado (21.400 millones de dólares en 2015, menos del 1 por ciento del volumen de negocios total de la Asean).

Sobre todo, cuando los principales socios económicos de la región, según datos del propio organismo, son China (comercio total en 2014 de 350.000 millones de dólares), Japón (246.000 millones), Estados Unidos (240.000 millones) y la Unión Europea (206.000 millones).

Continúan los desencuentros con EE.UU.

El pasado octubre, Duterte volvía a tensar la cuerda de las relaciones durante las maniobras militares conjuntas entre Filipinas y Estados Unidos. «El primero en golpear ha sido el Departamento de Estado, así que puedes irte al infierno, (Barack) Obama», aseguró Duterte en referencia a las críticas recibidas por su polémica guerra contra el narcotráfico.

Entonces, el mandatario anunciaba que estos ejercicios, llevados a cabo en la isla norteña de Luzón y donde toman parte hasta dos millares de efectivos militares, pueden ser los últimos.

La realización de las maniobras militares conjuntas (denominadas Balikatan, «hombro con hombro» en lengua tagalo) se fundamenta en el Tratado de Defensa Mutua de 1951, que invoca un apoyo común en caso de ataque por parte de un tercer Estado. «Esta es una alianza robusta y que beneficia a nuestros países», destacaba, ente sentido, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

Poco después, Duterte descargaría sus iras contra Washington tras anunciar la suspensión de la venta prevista de 26.000 fusiles de asalto para su país. Entonces, el Departamento de Estado norteamericano confirmaba la marcha atrás en la operación, tras el rechazo público del senador Ben Cardin a la misma. Cardin es el principal miembro del partido demócrata en la comisión de relaciones exteriores del Senado.

«Fíjense en estos monos, las 26.000 armas que queremos comprar no nos las quieren vender», aseguró Duterte, quien sugirió su disposición a adquirir los fusiles de China o Rusia.

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